El príncipe Harry tuvo que dejar a su hijo recién nacido, Archie, y a su esposa Meghan Markle en casa para cumplir con un día de servicio real, en el que realizó una visita a un centro especial, mismo que alguna vez visitara su madre, la princesa Diana.
Y es que a pesar de que el príncipe se convirtió en papá hace apenas una semana, no ha pedido licencia de paternidad y sigue cumpliendo con sus compromisos de trabajo, incluidos su reciente visita al Hospital de Niños de Oxford, debido a que Harry es fundador de WellChild, organización benéfica para niños enfermos en el Reino Unido.
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Pero lo que más llamó la atención fue que una madre llamada Amy Scullard, quien tiene dos hijos en este hospital, uno de ellos, Emmet de 3 años, quien se encuentra en remisión tras haber sido diagnosticado con cáncer testicular cuando tenía 2 años, pudo platicar con el príncipe y éste le confesó lo que es su nueva vida familiar.
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"Dijo que se está acostumbrando al bebé y cómo Archie se ha adaptado a la vida familiar. Y que simplemente se siente parte de la familia y que no puede imaginar la vida sin su hijo”, fueron las palabras que Harry le reveló a esta mujer.
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Además, el príncipe recibió algunos regalos para su hijo, entre ellos uno enorme oso de peluche que una pequeña le dio para Archie. Incluso conversó con algunos niños que están en tratamiento y con el personal del hospital.
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Su segunda visita la hizo al OXSRAD Disability Sports and Leisure Center, que abrió su difunta madre Diana, la princesa de Gales, hace 30 años.
Harry se informó sobre cómo ayudar a las personas con discapacidades a través de sesiones de rehabilitación de deportes y ejercicios físicos, clases de acondicionamiento físico y el uso de las instalaciones del gimnasio.