Beyoncé salió a cenar con su esposo Jay-Z y usó un vestido que mostraba mucha piel, pero su escote estuvo a nada de exhibir absolutamente todo.
Y aunque las bien torneadas piernas de la cantante de 37 años también quedaron a la vista, eso no impidió que la atención de los paparazzi se centrara en lo que parecía un inevitable accidente de vestuario.