Si bien es cierto que los duques de Sussex gozan de una tremenda popularidad desde su boda y el posterior anuncio del embarazo de Meghan Markle, también es cierto que quien tiene la última palabra dentro de la realeza es la reina Isabel II.
Así lo demostró recientemente, al frenar los planes de Meghan y el príncipe Harry de crear una corte independiente del palacio de Kensington, para poder elegir su propia agenda, según revela People en base a fuentes de Londres.
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El objetivo de Harry y Meghan era crear una marca humanitaria y de filantropía bajo el nombre de Sussex. "Hay una estructura institucional que no permite ese tipo de independencia", comentó una fuente al diario Sunday Times.
Con esta acción, los duques buscaban aumentar su independencia, luego de que trasladaran sus oficinas al palacio de Buckingham para separarse oficialmente del príncipe William y Kate Middleton, duques de Cambridge.
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Pero la petición fue rechazada por la monarca de 92 años, quien parece no tener ningún problema en decirle "no" a su nieta política, siendo de las pocas capaces de plantarle cara.
Este es el segundo "no" de Isabel II a los duques de Sussex. El primero tuvo lugar antes de la boda, cuando Meghan acudió a Buckingham con su futuro marido para la elección de su tiara nupcial.
Ella quería combinar su vestido de Givenchy con una tiara de esmeraldas de la familia. Sin embargo, la soberana se negó a prestarle dicha diadema, ya que según dicen la consideraba demasiado para una boda.
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