A principios de julio se dio a conocer un gran descubrimiento durante una excavación en el distrito de Sidi Gaber de Alejandría.
Se trataba de un enorme sarcófago fabricado con granito negro, cuyas medidas eran 1.85 metros de alto, 2.65 de largo y 1.65 de ancho, lo que llamó mucho la atención a los arqueólogos que lo descubrieron.
Esto generó algunas hipótesis, como la que señalaba que podría tratarse de la tumba de Alejandro Magno o algún otro personaje importante, así como versiones en torno a que un sarcófago tan grande fue hecho para mantener al espíritu adentro, por lo que su apertura podría desatar una posible maldición.
Pese a las supersticiones, un equipo del Ministerio de Antigüedades de Egipto acaba de abrir el sarcófago y ninguna de las teorías anteriores resultaron ciertas.
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En su interior se encontraron tres cadáveres que habrían pertenecido, probablemente, a tres soldados varones. Las aguas residuales que cubrían los cuerpos se habrían filtrado por una fisura en uno de los costados del granito y habrían facilitado su descomposición, según fuentes del Ministerio.
"Hemos abierto el sarcófago y no nos ha alcanzado ninguna maldición", bromeó ante la prensa Mustafa Waziri, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, quien añadió que no se encontraron rastros de máscaras de oro, ni de plata, ni figuras, ni amuletos propios una familia real del Antiguo Egipto.
Al respecto, el periódico Egypt Today señaló que los esqueletos serán estudiados para determinar edades y la causa de sus muertes, mientras que el sarcófago de 30 toneladas será transferido al museo militar.
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