La semana pasada varios medios de comunicación desataron el horror con una noticia casi apocalíptica: “Los ingenieros de Facebook entran en pánico y desconectan una inteligencia artificial debido a que dos robots desarrollaron su propio lenguaje”. Sin embargo la realidad es menos aterradora de lo que indica ese titular.
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Muchos pensaron que esa era la prueba de que las máquinas terminarían conquistando a sus creadores, los humanos, como relatan varias historias de ciencia ficción. Pero en realidad los ingenieros de Facebook no apagaron la inteligencia artificial porque entraron en pánico, sino por otra razón todavía más interesante.
Los dos bots fueron creados como redes neuronales entrenadas por la unidad de Investigación en Inteligencia Artificial de Facebook (FAIR ) para que participaran en conversaciones con otros bots o seres humanos y pudieran llegar a tomar decisiones o concluir negociaciones con acuerdos comunes.
Esto se utilizaría para crear un chatbot que interactuara con los humanos de forma fluida sin que se percibiera que era un robot. FAIR comenta que tuvieron éxito ya que los bots escribían en inglés y lo hacían de manera inteligente.
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El problema comenzó cuando retiraron a los humanos de las conversaciones. A los ingenieros se les olvidó programar a los bots para que se comunicaran siempre en un perfecto inglés siguiendo reglas gramaticales y de sintaxis, por eso cuando las dos inteligencias artificiales se comunicaban, comenzaron a usar abreviaturas y entre ellas se entendían perfectamente.
Así que sus creadores decidieron apagarlos, pero no por pánico y terror de que hubieran creado su propio lenguaje, sino porque no cumplían con su función de negociar con humanos de forma clara y sencilla.
Así que no hay de qué preocuparse, no es el inicio del apocalipsis, solo fue que el inglés fue un poco complicado para los bots.
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