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Melania Trump, la esposa de Donald Trump, sería una primera dama fuera de lo común

La esposa del magnate ha hablado muy poco durante la campaña electoral y nadie sabe bien qué tipo de primera dama sería si su marido llega a la presidencia.

WASHINGTON (AP) — Primera dama Melania Trump.

Si no tiene una idea clara de quién es Melania Trump, no es casualidad. La esposa de Donald Trump ha hablado muy poco durante la campaña electoral y nadie sabe bien qué tipo de primera dama sería si su marido llega a la presidencia. Su prioridad en estos momentos, dice, es atender al hijo de nueve años de la pareja.

Pero si Trump logra la nominación republicana, este modelo eslovena que habla varios idiomas tendrá que tomar muchas decisiones en torno a su familia, su vida y el papel que desea desempeñar en la historia de Estados Unidos.

Por ahora, Melania Trump, de 45 años, brinda su apoyo a su marido en varios actos, luciendo atuendos de alta costura. Se la ve con frecuencia, pero no se la escucha. Su primera presentación durante la campaña fue en Myrtle Beach, Carolina del Sur, en noviembre, cuando Trump llamó a su familia al escenario y le preguntó si quería decir algo.

Ella se acercó al micrófono y dijo: "¿No es el mejor?", con un marcado acento extranjero. "Será el mejor presidente de la historia. ¡Los queremos!". Igual que su esposo, no se anda con vueltas.

Los presentes la ovacionaron y Donald Trump le dio un beso. Se le escuchó decir: "Gracias, cariño. Muy bonito".

Fue apenas un momento de la vida de esta pareja que festejó la semana pasada su 11mo aniversario. Se conocieron en 1998, en una fiesta en Manhattan en la que Trump, que acababa de separarse de su segunda esposa, le pidió su teléfono a la entonces modelo Melania Knauss, 24 años más joven que él. Ella no se lo dio porque Trump había ido acompañado, según dijo.

Al año siguiente, sin embargo, eran una pareja. Trump buscaba la nominación del Partido Reformista con miras a las elecciones del 2000 y se le preguntó a su novia qué tipo de primera dama sería.

"Sería muy tradicional", declaró al New York Times. "Como Betty Ford o Jackie Kennedy".

A través de una portavoz, la esposa de Trump se abstuvo de conceder una entrevista para este artículo. Pero algunas cosas se saben sobre ella:

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LO QUE NO TIENE PRECEDENTE

En muchos sentidos, Melania Trump sería algo sin precedentes en la historia política de Estados Unidos: Sería la primera primera dama que es la tercera esposa de un presidente y la primera nacida y criada en un país comunista, según Carl Anthoni, historiador de la Biblioteca Nacional de Primeras Damas. Ha sido vista más "destapada" que ninguna otra primera dama, como en la foto del 2006 en que se la vio, embarazada, en una bikini dorada al pie del jet privado de su marido en una producción de la revista Vogue.

LO QUE NO ES

Hoy por hoy, Melania Trump es una mujer casada, con un hijo y una imagen mucho más convencional como esposa de un aspirante a la presidencia. No sería la primera esposa de un presidente nacida en otro país, ya que Louisa Adams nació en Inglaterra. Ni sería la primera primera dama casada con un hombre divorciado. La primera fue Nancy Reagan. Y sería la tercera primera dama que trabajó como modelo, siguiendo los pasos de Pat Nixon y de Betty Ford.

EL PAPEL DE MELANIA

Expertos en primeras damas dicen que Melania Trump se maneja inteligentemente al no llamar la atención, especialmente si no se siente cómoda hablando de política. Pero tarde o temprano va a tener que asumir un papel más público. Melania Trump estudió diseño y arquitectura en la Universidad de Ljubljana, en Eslovenia, por lo que tal vez puede promover la preservación de sitios históricos. Asimismo podría involucrarse más en actividades caritativas. E incluso usar sus experiencia como modelo y el hecho de que habla varios idiomas para ayudar a su esposo, que habla solo inglés, en sus actividades con dignatarios extranjeros y en funciones sociales en la Casa Blanca.

"Lo mejor es cuando aprovechan su experiencia y tratan de hacerla encajar de algún modo en las políticas de su marido", expresó Anitai McBride, quien fue mano derecha de la primera dama Laura Bush.

DELEGANDO FUNCIONES

Donald Trump ha dejado entrever que su hija Ivanka podría desempeñar un papel prominente en su gobierno. Cuando le preguntan a quien le pide consejos, dice que a ella. Fue Ivanka, no Melania, quien presentó a su padre cuando lanzó su candidatura. Y durante los recesos en los debates republicanos, Trump se reunió con ella y no con sus otros cuatro hijos.

NO ES UN JUGUETE

A pesar de su discreción en público, Melania Trump ha dicho en más de una ocasión que es mucho más que una cara bonita. "Tengo mis propias ideas", declaró en una entrevista con la revista Harper's Bazaar publicada este mes. "Tengo mi propia personalidad, y creo que eso es algo que le gusta a mi marido".

También ha dejado en claro que no le gustan las actitudes condescendientes.

Al visitar el departamento de tres pisos que Trump tiene frente al Parque Central de Nueva York, uno de los participantes en el programa de televisión "The Apprentice", que Trump conducía, le dijo a su esposa: "Usted tiene mucha, mucha suerte".

"Gracias", le respondió ella, mientras sostenía una copa de champagne. Y agregó con una sonrisa: "¿Y él no es afortunado?".

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