Ya sea de forma frecuente o muy de vez en cuando, todos en algún momento experimentamos estrés y ansiedad. Aunque suele hablarse de ambos de forma indistinta, en realidad son diferentes y es importante conocer la distinción.
¿Cuál es la diferencia?
El estrés puede definirse como una respuesta a una situación amenazante. La ansiedad, por su parte, es una reacción a ese estrés, se aclara desde la Asociación Americana de Ansiedad y Depresión (ADAA, por sus siglas en inglés).
Niveles de estrés
En el caso del estrés, suele desaparecer cuando finaliza el evento específico que lo generó, se indica en US News Health. Un cierto nivel de estrés puede considerarse saludable y hasta puede motivarte a trabajar para disminuirlo. Pero un nivel excesivo puede llevar a sentir ansiedad. Además, el estrés crónico puede tener un efecto negativo en la salud, provocando síntomas como dolor de cabeza, hipertensión, palpitaciones, dolor en el pecho, erupciones en la piel y falta de sueño.
¿Y la ansiedad?
La ansiedad, por su parte, tiende a permanecer más tiempo. Entre los síntomas a los que prestar atención, según la Clínica Mayo, se encuentran sensación de nerviosismo, sentimiento de peligro próximo, aumento en la frecuencia cardíaca, respiración rápida, sudoración, temblores, problemas gastrointestinales y también para dormir.
A veces es necesario tratar los trastornos de ansiedad con medicación para que los síntomas disminuyan, siempre acudiendo previamente a un profesional de la salud. Si no se trata, puede llevar a hábitos poco saludables como fumar, comer o beber en exceso o usar drogas ilícitas.
¿Qué hacer?
Ya sea que tengas estrés, ansiedad o ambos, asegurarte de dormir suficiente horas por la noche (y de que se trate de descanso de calidad) sería de ayuda. También sería aconsejable practicar actividad física, aunque solo se trate de una caminata a paso veloz.
Además, checa 5 consejos para mantener la calma.
Por supuesto, ante cualquier duda consulta a tu médico de confianza.
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