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¿Por qué se nos "pegan" algunas canciones?

Hay canciones que adhieren a la mente y no se van. ¿Qué hace que una melodía se convierta en música pegadiza? La ciencia lo responde.

Hay cierta música pegadiza que aunque uno quiera quitársela de la mente, no se va. Quizás la escuchaste en tu celular, tal vez fue al pasar, o algún amigo la cantó cerca de ti. El caso es que por más que lo intentes, ¡no dejas de tararearla! Ya deja de cantar un segundo y lee con atención esta nota, para enterarte por qué.

Melodías que quedan

Si eres como la mayoría de las personas, probablemente te hayas acostado a dormir más de una vez tarareando mentalmente ese jingle publicitario, o esa canción de moda. ¿Quién no ha tenido ganas de borrar de su cerebro de forma permanente los últimos hits?

Y la pregunta es, ¿por qué esas melodías no dejan de repetirse en nuestra cabeza? Investigadores de la Universidad de Durham han encontrado la respuesta.

Parece ser que algunas canciones tienen más chances de “adherirse” a nuestra mente que otras, gracias a su contenido melódico, según un estudio publicado recientemente en la revista científica Psychology of Aesthetics, Creativity and the Arts.

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 “Estas canciones pegadizas musicalmente, parecen tener un tempo más veloz junto con una forma melódica común, más intervalos o repeticiones inusuales como las que oímos en el riff inicial de Smoke On The Water, de Deep Purple, o en el coro de Bad Romance, de Lady Gaga”, dijo la autora principal del estudio, la Dra. Kelly Jakubowski, en un comunicado de prensa recogido por Medical Daily.

Tonos pegadizos

La estructura de estas canciones que no se van de nuestra mente, suelen ser más veloces, con un tempo que va creciendo, y tienen un ritmo con el cual la gente puede moverse.

Estas canciones, entonces, tienen más probabilidades de convertirse en earworms (así se les llama en inglés a esas canciones pegadizas) por su aumento gradual de intensidad, seguido de una disminución, y con un aumento en el medio.

En cuanto a la “forma musical”, también siguen un estilo. Son simples en estructura pero tienen un patrón rítmico. Por ejemplo, Twinkle, Twinkle, Little Star sube en tono pero luego baja y más tarde vuelve a subir.  

Otro de los ejemplos –más recientes- es el comienzo de la canción Moves Like Jagger, de Maroon 5,  que sigue un patrón de contorno que sube y luego baja en tono.

Por último, un earworm tiene una estructura de intervalos inusual, como algunos saltos o notas más repetidas que solemos escuchar en las canciones pop promedio, como puede ocurrir en el tema My Sharona de The Knack.

Bastante frecuentes y universales

Y esto no le ocurriría a pocas personas ni cada tanto. Un 90 por ciento de nosotros experimentaríamos un earworm al menos una vez por semana, y algunos de nosotros más que otros, según especificó Jakubowski. En general, sucedería en momentos en que el cerebro no está haciendo mucho, como cuando te tomas una ducha, caminas o estás haciendo tareas varias.

¿Qué tema no puedes quitar de tu cabeza?

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