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Si eres caregiver, sigue estas reglas para cuidarte también a ti

En el National Family Caregivers Month, descubre por qué estar al cuidado de la salud de un familiar, no debe impedirte cuidar de ti mismo.

Estar al cuidado de la salud de otro puede sentirse como una enorme responsabilidad. Y si es un familiar, a esa “carga” se le suman otras emocionales, como la culpa y la preocupación, por ejemplo. Sin embargo, esto no debe impedirte ocuparte también de tu persona. Sigue estas 5 reglas que te ayudarán a lograrlo.

Cuidan pero se descuidan

Los cuidadores de otras personas, o caregivers, pueden tener varios hábitos negativos para su propia salud: desde no realizarse chequeos preventivos hasta descuidarse en sus actividades diarias, indica el sitio del Centro Nacional de Cuidadores. Entre estas conductas o consecuencias nocivas, se detalla que en muchos casos:

- Duermen mal.

- Tienen hábitos alimenticios muy malos.

- No se ejercitan lo suficiente.

- No se quedan en cama cuando se enferman.

- Posponen o directamente no realizan citas médicas para ellos mismos.

- Estarían en mayor riesgo de depresión (del 46 al 59% de los cuidadores sería clínicamente depresivo, señala el Centro mencionado).

- Tendrían más chances de abusar del alcohol, el tabaco y otras drogas.

- Estarían en mayor riesgo de padecer una enfermedad crónica como colesterol alto, presión arterial alta o una tendencia a sufrir de sobrepeso.

Mira, en este video, por qué la comunicación es clave cuando cuidas de un enfermo.

Empieza por ti

En este punto, ya comprendes que si eres caregiver, de nada sirve que des tu vida y tu salud, porque así, además, no podrás ayudar a nadie.

#1. Cuídate

Esta es la regla más importante pero, a menudo, la más olvidada por los cuidadores de enfermos. Si tus necesidades están satisfechas, la persona a la que cuidas gozará también de esos beneficios.

#2. Identifica tus obstáculos

Cuidar a un ser querido que sufre de una enfermedad o de la vejez, puede llevarte a sentir mil cosas a la vez. Por eso, debes identificar aquellas que te impiden cuidar de tus necesidades. ¿Te sientes egoísta? ¿Te da miedo pensar en lo que tú necesitas? ¿No sabes cómo pedir lo que precisas? ¿Te sientes fuera de lugar si pides ayuda?

#3. Avanza

Si ya identificaste lo que te frena para cuidarte a ti mismo, comienza dando un paso a la vez, y ponte en camino para mejorar todos esos hábitos de auto-abandono que tienes desde que cuidas de otra persona.

#4. Reduce tu estrés

Para hacerlo, prueba esta relajación de dos minutos que provee el sitio WebMD:

- Comienza a respirar, toma dos respiros hondos y exhala lentamente.

- Haz un escaneo mental de tu cuerpo, para encontrar qué áreas se sienten tensas, y relájalas rápidamente. Deja ir la mayor cantidad de tensión que puedas.

- Rota tu cabeza haciendo un movimiento suave y circular, una o dos veces (frena si sientes dolor). Rota tus hombros hacia delante y hacia atrás varias veces. Deja que tus músculos se relajen completamente.

- Rescata algún recuerdo agradable, por un par de segundos. Toma otro respiro hondo y exhala lentamente.

#5. Fíjate metas

Haz una lista de lo que te gustaría lograr de tres a seis meses en adelante, como tomarte un recreo de los cuidados de esta persona, o contratar ayuda para tareas como bañarla o preparar las comidas. También puedes realizar actividades que te hagan sentir más saludable. Y todo, con tranquilidad y un paso a la vez.

Y no olvides realizarte chequeos médicos y consultar siempre con un especialista de salud ante cualquier duda.

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