Lionel Messi ha acaparado las portadas esta semana, después de haber abierto su privacidad para un canal de streaming, donde contó un detalle que pocos sabían: el tatuaje de su pierna izquierda, que desde 2018 está pintada totalmente de negro, solía tener un dibujo del cual se arrepintió haberse colocado.
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“No me gustaba lo que tenía, me lo hice en un momento en el que me lo hice por hacer. Después la transformé un poco, me fui haciendo todo lo relacionado con el fútbol. Fue una decisión mía. A estas alturas me tengo que hacer otra pasada”, platicó Messi con Migue Granados.
¿Pero cuál era ese diseño?
Resulta que “Leo” solía ser reticente a los tatuajes. Todas las escenas de sus momentos de gloria juvenil suelen mostrar un Messi con brazos y piernas “limpias”, hasta que en 2010 comenzó la transformación del astro, con un tatuaje de su madre en la espalda. De ahí en adelante aparecieron las manos de su hijo Thiago en la pantorrilla izquierda, la manga del brazo derecho con un vitral gigante, un reloj de bolsillo estilo a los de los años 30 y una composición más robótica.
Así fue la evolución del cuerpo del 10, hasta que la pierna izquierda se cubrió casi por completo en 2015, debajo de la rodilla, con un diseño híbrido. Además de las manos de su hijo en la pantorrilla, el rosarino tenía una rosa, alas y nubes estilo japonés del lado izquierdo; mientras que la otra mitad de las alas, una rosa coloreada de rojo y un balón protagonizaban el lado interno de su pierna. Al centro, recorriendo toda la tibia, Messi tenía una espada clásica de la época medieval.
Pero para 2018, literalmente de una plumazo, decidió ocultar todo el diseño a través de la técnica del “blackout”, porque simplemente no le agradaba lo que tenía. A partir de ese momento, con la ayuda del tatuador Roberto López, comenzó a tatuarse el concepto actual con las grandes pasiones de su vida: el escudo de Barcelona, el cinco de copas, que fue su cábala para la Copa del Mundo, y el escudo de su selección, ahora aodrnado con una nueva estrella, por encima del Totalblack.
Bien decía el escritor Alexander Pope “errar es de humanos, perdonar es divino, rectificar es de sabios”. Y parece Messi hizo las tres.
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