El año de Aitana Bonmatí podría ser casi un sueño. En esta temporada, la nacida en Sant Pere de Ribes, Barcelona, ha conquistado la Liga F y la Champions League, ambas con el Barcelona, además de haber sido campeona del mundo con su país, en Australia y Nueva Zelanda 2023. Se erigió como la jugadora más valiosa del Mundial y ahora ha sido elegida como la mejor futbolista de la UEFA. Prácticamente lo ha conquistado todo.
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Pero el “casi” siempre cuenta en las oraciones, pues Aitana sabe que sus logros no han culminado, aún con la justicia social pendiente entre sus tareas.
“Siempre me gusta decir que soy una persona y una jugadora muy ambiciosa, inconformista, que siempre quiero más y esto es algo que me define muy bien y que me ha hecho llegar hasta aquí”, confesó en la premiación. Una jugadora autoexigente, perfeccionista y disfrazada de una timidez que solo oculta su sobresaliente formación. Hija de dos maestros de literatura catalana, ha aprendido que las palabras y los goles tienen un impacto directo en la sociedad.
“Venimos de ganar un Mundial, pero no se está hablando. Me gustaría recordar lo que ha pasado. Creo que como sociedad no debemos permitir que haya abuso de poder en una relación laboral ni faltas de respeto. A todas las mujeres que sufren lo mismo que Jenni, estamos con vosotras”, remató frente a un público que reunía a la crema y nata del balompié europeo. Una mayoría de hombres, incluido su presidente, Aleksander Ceferin.
Y es que nadie mejor que Aitana para entender los distintos contextos sociales, que en repetidas ocasiones ha hecho evidentes en sus discursos y actos, con una vida rodeada de duras lecciones. Su madre, Rosa, sufría fatiga crónica y fibromialgia. Mientras que su padre, Vicente, fue torturado por la Guardia Civil por su relación con los movimientos independentistas, antes de su nacimiento, según narró a El País. Realidades que la han hecho una luchadora dentro y fuera de la cancha.
Cuando Aitana ganó el premio a MVP de esta Champions League, repartió los 54 mil dólares obtenidos en una fundación para refugiados. Una de las tantas en las que colabora, además de la ACNUR, la Fundación Cruyff y demás ONG, incluido un Campus que ella misma financía.
“Siempre he intentado ser una ejemplo para niños y niñas, no solo niñas, porque recuerdo cuando tenia 10 u 11 años, sólo tenía modelos hombres: Iniesta, Xavi. Ahora es importante que ambos, hombres y mujeres, podamos ser ejemplo para los y las más pequeñas”, ha dicho en entrevista para Mujer.es.
Deportivamente, su grandeza se refleja en los 17 trofeos que ha conquistado a penas a sus 25 años, incluída la Copa del Mundo, la primera en la historia de España y la tercera, considerando los campeonatos sub 17 y sub 20 que también levantó. En Barcelona, el equipo de su vida, suma 229 partidos, con 78 goles; conquistando cuatro Ligas, cinco Copas, tres Supercopas de España y dos Champions League.
Aitana Bonmatí se ha convertido en una referente a nivel mundial y su carrera solo apunta hacia el Balón de Oro, pero más importante aún, a contribuir con un legado imborrable para las mujeres del mundo, con su lucha por el caso de Jenni Hermoso.
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