Subaru BRZ vs. Scion FR-S
Un Subaru que no utiliza el sistema de tracción en las cuatro ruedas y un Toyota que monta un propulsor plano de cilindros horizontalmente opuestos, ¿cómo es posible? Esta extraña combinación toma lugar en un nuevo e interesante proyecto llevado a cabo por dos de las grandes automotrices radicadas en el país del sol naciente.
Las firmas Toyota y Subaru unieron esfuerzos con el objetivo de desarrollar un auto deportivo, ágil, de tracción trasera y con un precio muy del agrado del cliente.
Bajo este concepto fueron concebidos el Subaru BRZ y el Toyota GT-86, éste último comercializado en el mercado de Estados Unidos con el nombre de Scion FR-S.
Aunque sean modelos hermanos y cuenten con muchas características en común, lo cierto es que también poseen algunas pequeñas diferencias.
En la parte estética exterior, ambos se destacan por ser autos "bajitos", de estilo coupé y con guardabarros ligeramente acampanados.
El diseño se encuentra inspirado en el legendario Toyota 2000GT y fue pensado para lograr un centro de gravedad bajo que los mantuviera estables cuando se les exigiera.
La diferencia principal está dada por la forma de la apertura de la parrilla frontal, la apariencia de las luces antiniebla, el alerón trasero y, por supuesto, las insignias.
En realidad no hay mucho que los haga diferentes en este aspecto, aunque también podemos mencionar los tipos de colores para la carrocería que pueden ser negro, rojo, gris, blanco y azul con matices específicos para cada marca.
Estas ligeras variaciones hacen que el Scion FR-S sea un poco más atrevido y el Subaru BRZ un tanto más conservador, pero está muy claro que los dos son vehículos muy vistosos.
Otro de los aspectos en que se diferencian es en el nivel de equipamiento.
El Subaru BRZ posee más elementos disponibles y puede ser adquirido en versiones Premium o Limited.
Entre los componentes que no equipa la única versión del Scion FR-S podemos mencionar las luces frontales de alta intensidad, el sistema de navegación con pantalla táctil, el alerón trasero, el control automático de temperatura y los asientos con sistema de calefacción.
Por ende, el precio también será distinto: el Subaru BRZ inicia en $25,495 y asciende hasta los $27,495; en el caso del Scion FR-S, éste cuenta con un precio inicial de $24,200.
Ahora veamos las similitudes. Ambos montan el mismo propulsor boxer 2.0 litros de cuatro cilindros que utiliza el sistema de inyección D-4S (Direct and Sequential Port Injection) de Toyota. Dicho propulsor entrega 200 caballos de fuerza a 7,000 rpm y alcanza un nivel de torque de 151 lb-pie entre 6,400 y 6,600 rpm.
No olvidemos que estos pequeños llevan toda la potencia a las ruedas traseras utilizando una transmisión manual o una automática de seis velocidades.
En el caso de equipar la transmisión manual, los autos registran un consumo de combustible de 22 mpg en ciudad, 30 mpg en carretera y 25 mpg en trayecto combinado. Por su parte, con la transmisión automática las cifras mejoran a 25 mpg en ciudad, 34 mpg en carretera y 28 mpg en trayecto combinado.
Por dentro, los dos deportivos tienen la misma configuración de asientos 2+2.
Los asientos delanteros son sumamente confortables y firmes, de estilo deportivo y montados de una manera que hacen sentir a los ocupantes que van muy cerca del piso.
Pasando a los asientos traseros, éstos son pequeños y nada cómodos para una persona de tamaño promedio, como es de esperarse en cualquier vehículo de estilo coupe.
Prácticamente éstos han sido diseñados para transportar a niños o para simplemente colocar bolsos u objetos.
En el interior no vamos a encontrar materiales de alta calidad, pero eso no quiere decir que no tengan acabados finos.
De hecho, el diseño es muy agradable a la vista y los materiales son suaves al tacto.
De esta manera, ambas automotrices nos dejan muy en claro que buenos interiores no siempre tienen que ir estrictamente relacionados a lujos y exclusividades. ¡Un gran acierto!
Sobre la marcha, tanto el Scion FR-S como el Subaru BRZ se manejan igual.
Los dos cuentan con una magia que jamás habíamos experimentado en un auto de esta categoría, con una suspensión rígida y una dirección extremadamente precisa y comunicativa.
Además, el chasis invita a encarar las curvas con mucha más confianza de lo normal.
Es por eso que ambos modelos tienen una agilidad y una estabilidad impresionante que incitan a ser llevados al máximo.
Son dos auténticos deportivos de tracción trasera con un balance perfecto entre desempeño, maniobrabilidad, estilo, economía de combustible y precio.
¿Cuál de los dos modelos conviene comprar? Depende de cuán importantes sean los pequeños detalles que los diferencian. Obviamente en cualquiera la diversión está presente.
Fuente: Queautocompro