Honda CR-Z 2011
Ha pasado más de un año desde el lanzamiento lanzamiento y, por fin, lo tenemos con nosotros.
Es el Honda CR-Z, una de las propuestas más arriesgadas del mundo de la automoción moderna.
Su espíritu es deportivo, su motor híbrido, su habitáculo biplaza y su diseño, futurista. Casi podríamos considerarlo un concept car de venta al público.
Manejamos la variante con caja CVT y acabado EX, el más lujoso, con un precio econ caja de cambio de 21,555 USD.
Lo primero que llama la atención es su diseño exterior, de aire futurista y frontal afilado. Pero si, por fuera, resulta llamativo, más lo es por dentro.
Nunca hemos estado en una nave espacial, pero estamos seguros de que se parece al interior del Honda CR-Z. El cuadro de instrumentos casi tridimensional cambia de color en función del modo de manejo que estemos llevando.
Efectivamente, este auto permite tres modos de manejo Econ (para los momentos sosegados y de bajo gasto de combustible), Normal y Sport (para olvidarnos de su naturaleza híbrida y centrarnos en la deportiva).
Los botones que los accionan no sólo modifican la relación entre suspensión, dirección, consumo y entrega de fuerza, también la vida a bordo.
Así, cuando insertamos el modo Eco el cuadro de relojes se ilumina en verde; en modo Normal, se convierte en azul y en Deportivo, pasa a rojo. Todo una experiencia para los sentidos.
La pantalla de información ubicada en la consola central es completamente configurable y nos puede mostrar en todo momento como se está comportando el sistema híbrido.
El tamaño del Honda CR-Z es reducido pero piloto y acompañante viajarán cómodamente y sin problemas de espacio.
Los asientos, cómodos y con buena sujeción lateral, imitan a los típicos asientos baqué.
Detrás, Honda ubica un pequeño panel plegable que sirve para separar cajuela de la exigua parte trasera.
Como curiosidad diremos que, en otros mercados, Honda acomoda ahí dos asientos.
En él americano, simplemente actúa de separador. Con el plegado, el Honda CR-Z dispone de un espacio extra de piso completamente plano que incrementa la capacidad de carga hasta los 25.1 pies cúbicos.
En su contra, debemos señalar que tan llamativa imagen dificulta la visibilidad trasera y que, en ciertas ocasiones, podemos sentirnos saturados con tanta información, profusión de mandos y destellos lumínicos.
Una vez puestos en marcha el CR-Z sorprende por su ligereza y agilidad de movimientos. No es el Honda Civic Si, sin duda el summum de deportividad de la gama de Honda, pero nos deja satisfechos.
No es un auto deportivo con todas las letras (la suspensión esta suavizada y pensada para incentivar la economía de combustible y los modos de conducción económico y Normal), pero permite ciertas alegrías, sobre todo cuando en esta variante con caja CVT, utilizamos las levas.
La dirección, como buen híbrido, no es muy comunicativa pero, al menos es rápida.
El motor, en modo Sport, sin ser radical, sube de vueltas con facilidad y la inserción de relaciones es rápida y precisa.
Todo ello se conjunta con una plataforma de corta distancia entre ejes y un modelo muy ligero, de apenas 2,650 libras, para dejarnos un buen sabor de boca, siempre y cuando no seamos muy exigentes. Al fin y al cabo, es un híbrido.
A bajas revoluciones, con el incentivo que proporciona los caballos extra del sistema híbrido, se nos hace todavía más deportivo, al menos, si lo comparamos con la mayoría de sus competidores.
Todas estas sensaciones, obviamente, se obtienen únicamente en el modo Sport, donde la respuesta del acelerador es casi inmediata.
En modo Econ, el CR-Z muta de naturaleza y entra en un estado letárgico, como si se metamorfoseara en un ser aburrido cuyo único objetivo en la vida es no gastar combustible.
De hecho, sus cifras oficiales son 35 mpg en ciudad y 39 mpg en carretera, con el cambio CVT y 31/37 con caja manual.
En manejo deportivo, el CR-Z se comporta notablemente gracias a su pequeño tamaño, su considerable anchura de vías, su peso y su rápida dirección.
En carretera con curvas, proporciona diversión a raudales, aunque no es aconsejable llevar a límites, dado que la falta de agarre lateral y la inclinación de la carrocería se deja notar.Eso sí, para llegar a estos extremos hay que ir realmente rápido.
El Honda CR-Z se ofrece en tres niveles de acabado: Base, EX y EX con sistema de navegación como nuestra unidad de pruebas.
La cantidad de amenidades de esta versión superior es conveniente para el precio que tiene. Y añade a la dotación de partida, faros de Xenón (muy futuristas), detalles metálicos en el interior de la cabina, retrovisores calefactables, volante revestido de cuero y Bluetooth.
El añadido de varios extras como rines de 17 pulgadas, neumáticos de altas prestaciones, sistema de reconocimiento de voz o radio satélite incrementan la presencia y empaque del modelo.
Si bien no es el más deportivo de los deportivos, sí que es el más económico y eso en un momento donde las necesidades del consumidor van por este camino, opciones como el CR-Z son bienvenidas.
Es sofisticado, atractivo, económico y tiene carácter.