La propuesta de El Chema de aliarse con los Casillas y matar a El Cabo, obliga a Rutila a convencer a su familia que sólo es, por ese objetivo. Pelea con Javi, por su desconfianza, al saber que estuvo con su ex.
A través de muchas empresas constructoras, La Doña lavará la fortuna de los Casillas. Diana, aunque rechaza la idea, termina aceptando que trabaje para ellos.
Tras sufrir un golpe de estado, Terán huye de Los Pinos y contacta al Cabo. El colombiano lo busca en su avión privado; pero antes le exige la libre entrada a sus gatilleros.
Pese a que los árabes eliminan al espía de los Casillas, Amado descifra el mensaje del asesino, que le da claves del lugar del ataque terrorista y lo amenaza de muerte.
Mientras Amado se prepara junto a todos sus hombres, para detener el ataque terrorista a Estados Unidos, Aurelio se mueve inesperadamente, cuando reconoce la voz de Corina.
La casa en Tijuana ofrece las mejores condiciones para ocultar a Aurelio, por los túneles que tiene. Amado ordena a Diana que agilice la mudanza con los Casillas.
Tras la aparición de Leonardo, los Casillas se preparan para enfrentar a El Chema y piensan en El Rojo, como uno de los suyos. Debe decidir de qué lado se queda, en esta guerra.
Diez millones de dólares, reparte la DEA por la captura de Aurelio Casillas y El Cabo; pero Ismael triplica la cifra a sus hombres y garantiza la lealtad al Señor de Los Cielos.
Ismael Casillas promete una buena recompensa a la Embajadora de Venezuela, si le confirma que Ámbar Maldonado dio el pitazo a la DEA, para arrestar a Javi.
Tras un atentado al presidente, para distraer a las autoridades, Amado se hace pasar por Aurelio y en un operativo comando, enfrenta a la DEA y libera a Javi y a El Rojo.
Rutila reúne a todos sus hombres y presenta a Amado, como parte de la familia Casillas. Al mando de la operación, ordena el primer objetivo: matar a El Cabo.
A bordo de un avión cargado de cocaína, Javi es perseguido y obligado a aterrizar de inmediato. Hace una maniobra, escapa y se oculta en la selva, pero lo arrestan.
Agradecida por salvarle la vida, Diana le confiesa a Águila Azul que estaba enamorada de Aurelio, cuando era pequeña y ahora Amado va “por buen camino”.
Un ataque sorpresivo al rancho de los hermanos Ramos, a cargo de Águila Azul, termina con la vida de los secuestradores y Diana en libertad, sana y salva.
Mientras Diana le confiesa a su hermana, que nunca se fue a España, varios hombres toman por sorpresa a sus guaruras y se la llevan a punta de pistola.
Corina descubre que Águila Azul es acusado de ser el cabecilla de una organización criminal, pero es falso. Se reencuentran y juntos buscan a Casillas.
Una pista de Aurelio en el centro de México, pone en acción tanto a las autoridades, como a sus enemigos. El Cabo y el presidente lo quieren muerto, pero la DEA insiste en arrestarlo y extraditarlo a EE.UU.
Después del bazucazo contra los Casillas y la balacera desatada entre los cárteles, Milton Jiménez jura hacerle pagar a Aurelio con la misma moneda: liquidar a su familia.
Casillas se entera de la alianza de Terán con El Cabo y mata de un plomazo a Zuleta, su mano derecha, para advertirle que el que juega con fuego, se quema.
Por estar en peligro, Diana Ahumada le confiesa a su madre, que el verdadero negocio de la familia no es el ganado, sino el transporte de drogas a EEUU.
La DEA exige que le entregue a cinco involucrados con la droga del gobierno venezolano, mientras Ámbar ofrece al presidente; y a cambio, pide la ciudadanía americana y que no toquen sus cuentas.
Corina le da instrucciones a Ámbar: debe entregar a uno del Cártel de los Soles, para distraer a la DEA. Maldonado pide sexo con Casillas, como parte de pago.
Aurelio quiere que Corina abandone la DEA y lo acompañe para pelear contra el mundo, mientras que a Ámbar le ordena que haga la cita con Colón, para entregarse.
Corina alerta a Casillas que su extradición inmediata está aprobada, así que él mueve otra ficha: obliga a Ámbar a ir con la DEA y seguir sus instrucciones.
Para acabar con la guerra, Casillas plantea el comercio legal de las drogas a la candidata Morejón; pero ella no está dispuesta a negociar nada con él.
Sorprendiéndolo con los pantalones abajo, Casillas se ríe de Valdés y le da una “propinita” para sacárselo de encima y compensar las bajas causadas en la Isla.
Javi y Rutila llegan a Las Minas del Coltán y ella deja que sus curvas y el contacto de la piel hagan más por su memoria, que el sonido de las palabras.
Tras conocer la buena noticia, Rutila llora de la emoción y viaja junto a Casillas a la selva colombiana, para abrazar a Súper Javi; aunque esté desmemoriado.
Aurelio alista una lluvia de plomazos contra El Cabo, luego de enterarse que es el responsable de los ataques a su familia, en Veracruz y otros atentados.
Milton Jiménez queda deslumbrado con la belleza de Evelina, la prometida del Pastor Felipe, por quien se deshace en halagos y le da una jugosa limosna.
Aurelio deja claro que él, es quien manda en el negocio y reta a Valdés, el segundo al mando de la Revolución cubana a que se pronuncie; pero reina el silencio.
El Señor de Los Cielos se salta a los subalternos y exige ver al que mueve los hilos en La Habana, para aclarar asuntos de producción y jerarquía en los negocios.
Castillo toma una foto de Milton Jiménez, lo identifica como un capo de la droga en México y la comparte con los jefes como parte del plan, para acabar con el narcotráfico.
Leandro Quezada y sus hombres matan a sangre fría a los lugartenientes del Cabo y se quedan a cargo de uno de sus laboratorios, dejándole claro con quién debe negociar.
Rumbo a Turquía, Casillas y Ámbar Maldonado van por negocios y desatan el juego de la seducción: el “Águila blanca” debe sacar el demonio que ella lleva por dentro.
El Cabo y el presidente cierran un trato macabro: El colombiano lo mata con la ayuda de Terán; y a cambio, el funcionario tendrá votos y control de los cárteles.
Narcos mexicanos y colombianos luchan por el dominio del territorio y la sangre corre por las calles. Aurelio mata a un policía y El Cabo ordena atropellar a El Mocho, para evitar que hable.