El empresario Sam Altman, uno de los creadores del programa Y Combinator, dedicado a financiar compañías innovadoras con un enfoque tecnológico, pagó 10,000 dólares para unirse a la lista de espera de un servicio que digitalizaría su mente en el futuro, aunque para ello tendrían que matarlo.
"Supongo que mi cerebro se preservará en la nube", dijo Altman al MIT Technology Review, quien junto a otras 24 personas está a la espera de que el servicio de la compañía Nectome se pueda poner en práctica.
Robert McIntyre, egresado del Instituto Tecnológico de Massachusetts y cofundador de Nectome, explicó que su empresa planea preservar cerebros mediante un proceso de embalsamiento de alta tecnología para, posteriormente, digitalizarlo en una simulación computarizada.
Foto: Getty Images
Aunque esto último aún no es posible, Nectome ofrece la posibilidad de mantener el cerebro intacto por cientos de años, incluso miles, a través de la técnica de criopreservación estabilizada con aldehído.
Sin embargo, hay un detalle que ha causado discusiones en la comunidad científica: para que el cerebro no sufra daños irreversibles, la persona tiene que estar viva a la hora de inyectarle los químicos embalsamadores, provocando la muerte del cliente.
“La experiencia de usuario será idéntica a la de un suicidio asistido por un médico”, dijo McIntyre a la revista de divulgación científica.
Aunque no existe evidencia de que los recuerdos se puedan extraer del tejido muerto, el presidente de la Fundación de la Conservación Cerebral Ken Hayworth señaló: “Si el cerebro está muerto, es como si su ordenador estuviera apagado, pero eso no significa que la información no esté allí".
En los próximos días, Nectome realizará una demostración de su tecnología en Y Combinator, de acuerdo con el MIT Technology Review.
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