-El cuarto hijo del presentador nació con una enfermedad cardíaca conocida como Tetralogía de Fallot con Atresia Pulmonar.
-El recién nacido se recupera en casa, aunque tendrá que regresar al hospital en un lapso de tres a seis meses
Miami, Florida- La alegría del nacimiento de un bebé puede convertirse en una experiencia desgarradora en cuestión de minutos, así lo vivió Jimmy Kimmel y su familia.
El pasado lunes, el presentador inició su show en la ABC con un emotivo monólogo: habló de la cirugía a corazón abierto a la que fue sometido su hijo recién nacido, William “Billy” Kimmel. “Es una historia de miedo, pero tiene un final feliz”, anticipó.
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La esposa de Kimmel, Molly McNearney, dio a luz al pequeño Billy el pasado 21 de abril, en Los Ángeles. “Fue un parto fácil. Pujó seis veces y ya estaba afuera”, dijo el también comediante. Sin embargo, tres horas después los médicos notaron que algo iba mal.
“Parecía un bebé normal. Mi esposa estaba descansando en la cama cuando una enfermera muy atenta oyó un murmullo en su corazón (en el del bebé) y notó que su piel estaba un poco morada, lo cual no es común”.
El bebé nació con una enfermedad cardíaca llamada “Tetralogía de Fallot con Atresia Pulmonar”, o sea: tenía una válvula pulmonar bloqueada y un agujero en la pared que divide al corazón.
El segundo hijo de Jimmy y Molly Kimmel tuvo que ser intervenido de emergencia en el Hospital Infantil de Los Ángeles. La cirugía estuvo a cargo de uno de los médicos más renombrados de Estados Unidos, el Dr. Vaughn Starnes.
La intervención a corazón abierto fue un éxito y seis días después el pequeño Billy pudo irse a casa. Sin embargo, tendrá que someterse a una segunda cirugía en un lapso de tres a seis meses; y a una tercera cuando sea mayor.
Kimmel, de 49 años, aprovechó el momento para dar un mensaje político a favor del “Obamacare”, reforma impulsada por el ex presidente Barack Obama que permite que más de 20 millones de estadounidenses tengan derecho a un seguro médico.
"Si tu bebé se va a morir cuando no tiene por qué, no debería importar cuánto dinero tienes. Creo que es algo en lo que, sin importar si uno es republicano o demócrata, todos deberíamos estar de acuerdo. ¿Cierto?", finalizó.