Una marca de moda de lujo se ha asociado con artesanos latinoamericanos para ayudar a difundir el empoderamiento económico, preservar la cultura y las artes locales y amplificar las voces femeninas.
La marca de moda VOZ está trabajando con artesanos indígenas en Chile y Perú para llevar sus intrincados tejidos de alta calidad a nuevos mercados. Esto ha cambiado la vida de tejedoras como Juana Zuñiga, quien vive en Chile.
"Es una alternativa segura para las artesanas, evitamos así en ocasiones no poder vender nuestros productos", dice.
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La fundadora de VOZ, Jasmine Aarons, comenzó su trabajo con artesanas chilenos a través de una beca de posgrado con el Centro HAAS de Servicios Públicos de Stanford en 2009. Se dirigió al sur de Chile como educadora e innovadora de diseño, trabajando con la fundación dentro y fuera durante dos años.
"Me enamoré de la comunidad y me comprometí a ayudarles, pero al final me di cuenta de que tenía que comenzar un negocio y empecé a lanzar VOZ en 2012", contó Aarons a NBC News. "Quería cumplir con mi promesa de ayudar".
Tras observar de primera mano el talento único de las tejedoras, Aarons comenzó a apreciar profundamente la artesanía intrincada y tradicional. A la vez también se percató de cómo las imitaciones estaban perjudicando el sustento de estas artesanas, ofreciendo un producto mucho menos auténtico, pero casi idéntico, por una fracción del precio original.
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Tras identificar este problema, Aarons comenzó a crear un modelo de negocios de moda que permitiría a los artesanas crear con dignidad mientras ganan un ingreso justo y sostenible.
Antes de trabajar con VOZ, las artesanas locales trabajaban en la agricultura a pequeña escala, practicando sus artes con materiales rústicos. "Muchas eran altamente calificadas, pero no tenían acceso al mercado, tenían hambre de aprender más. Cuanto más trabajábamos juntos, más poder adquirían", aseguró Aarons.
Cuatro años más tarde, las tejedoras que comenzaron en VOZ desde el principio siguen tejiendo y trabajando para la marca. Desde entonces han sido capaces de obtener un ingreso consistente, comprar medicamentos cuando lo necesitan, y han pasado a la economía formal mediante la apertura de sus propias cuentas bancarias.
Las mujeres ahora están trabajando con formatos formales de diseño de la sede de la compañía en Nueva York y han sido capaces de re-imaginar sus capacidades más allá de las vías tradicionales locales. Además, pueden producir tres veces más para Voz que otras empresas locales, lo que ha llevado a un aumento en su calidad de vida.
"Con VOZ mi vida ha cambiado mucho, me siento cómoda, es un trabajo que conozco desde un comienzo," relata la tejedora chilena Veronica Currivil.
Además de la seguridad financiera y las oportunidades económicas, trabajar con VOZ ha beneficiado a las tejedoras de otras maneras. "Al ver que sus talentos son tan poderosos, aumenta su autoestima y por eso se han convertido en líderes en sus comunidades", señala Aarons.
VOZ se ha asociado con el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para poner fin a la violencia contra la mujer (UNTF). Serán parte de la "Etiqueta Naranja" de la UNTF, una iniciativa que se asocia con marcas de moda que han hecho el compromiso de recaudar fondos y generar conciencia sobre la causa.
Esta temporada, VOZ está dedicando el 20 por ciento de los ingresos de su manta poncho a la UNTF. Una pieza central de la colección de Voz, el artículo es un poncho sudamericano tradicional de la lana hecho con algodón orgánico al 100 por ciento. Cada temporada navideña venidera, VOZ dedicará una pieza de su colección a la Etiqueta Naranja para continuar su asociación con la UNTF.
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