Priscilla Morse tomó la decisión de adoptar a un niño búlgaro de siete años con necesidades especiales que estaba al borde de la muerte, después de ver una foto en Facebook donde se veía totalmente desnutrido.
Según relata el diario británico Daily Mail, Priscilla y su esposo David cruzaron el océano y volaron a Bulgaria en octubre del año pasado para terminar con el proceso de adopción y llevar a Rayan a su casa en Tennesse (Estados Unidos ), en ese entonces el pequeño pesaba 7 libras y estaba cubierto de pelo, señal de que su cuerpo estaba haciendo un último esfuerzo por sobrevivir.
"La primera vez que lo vi era hueso y piel, literalmente, como un esqueleto. Lo primero que me pasó por la cabeza es que iba a morir", contó la madre adoptiva al diario británico.
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Un año después, Ryan pesa 27 libras y empieza a hablar y sonríe como cualquier niño feliz.
La transformación que ha tenido el pequeño Rayan nos llena a todos de esperanza.
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La pareja tiene dos hijos biológicos, Dylan de 13 años y Jack de siete años, y una hija de siete años, McKenzie, que adoptaron de Rusia en 2012. Al igual que su hermano Ryan, McKenzie también tiene necesidades especiales. Tiene síndrome de Down y cardiopatía congénita.