Verónica Paranello fue condenada a 30 años de prisión en Italia por el asesinato de su hijo Loris, de ocho años, quien la descubrió teniendo relaciones sexuales con su suegro Andrea Stival, según un artículo publicado en el diario británico Daily Mirror.
En 2014, Paranello había informado a las autoridades que su hijo había sido secuestrado porque lo fue a buscar al colegio y no estaba.
En el proceso de investigación la policía se dio cuenta que las versión de la madre no concordaba con las imágenes de las cámaras de seguridad del colegio.
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Meses después, Verónica fue encontrada culpable del asesinato de su hijo y de ocultar su cuerpo.
La mujer estranguló a su hijo Loris Stival con cables eléctricos y abandonó su cuerpo en un barranco en Santa Croce, Sicilia.
Paranello no dudó en culpar al padre de su marido Andrea Stival, asegurando que él había participado en el asesinato porque su hijo los había sorprendido teniendo relaciones sexuales.
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Stival está siendo investigado como cómplice de asesinato, según informa la prensa italiana, pero el negó la acusación y amenazó con Verónica de difamación.