Después de las trágicas muertes de su madre y su marido, Justine McCabe se refugió en la comida como consuelo. La joven madre comió a sus anchas en medio del dolor y la depresión y subió más de 100 libras. Entonces McCabe encontró una manera especial para recuperar el control de su vida.
¿Su motivación? Tomar una foto de sí misma cada día para realizar un seguimiento de su progreso mientras buscaba bajar de 313 libras a 189.
"No me gustó lo que vi", confesó McCabe a TODAY. "Siento que lucía tan afectada, perdida y triste, y esa es la razón por la que empecé a tomar una foto diaria. Yo quería verme cambiar,ver si mi expresión cambiaba".
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Cuando su madre murió en 2013 debido a complicaciones de la quimioterapia exacerbadas por la obesidad, McCabe lo enfrentó comiento. La peluquera de 5.10 pies pesaba entonces 285 libras; sin embargo, ella mantuvo sus atracones. Luego, en febrero de 2015, su esposo por seis meses, John Paul, se quitó la vida después de una lucha prolongada contra la depresión.
"Esto me destruyó", dijo la mujer de 31 años, quien vive en Burbank, California. "Yo no sabía lo que iba a hacer".
La comida era su consuelo, nuevamente. La mayoría de los días, McCabe se despertaba para cuidar a sus hijos, ahora de 12 y 9, y luego quedarse comiendo. Su peso se disparó hasta las 313 libras. A pesar de que sus hermanas mayores y su mejor amiga le instaban a ir al gimnasio, McCabe no les hizo caso.
Después de hablar con un consejero para casos de depresión, se dio cuenta de que tenía que cambiar su vida.
"Tomé la decisión", dijo. "Tengo que hacer algo diferente".
El 1 de abril de 2015, McCabe finalmente fue al gimnasio para demostrarles a su amiga y su familia que estaban equivocadas.
"Lo hice por despecho. Quería callarles la boca", dijo.
Estuvo en la máquina elíptica durante 60 minutos. A medida en que resoplaba comenzó a procesar todo lo que había experimentado en los últimos dos años.
"Hubo un par de veces en que lloré en ese elíptica", dijo.
Después, se hizo un selfie y lo envió a su amiga como prueba.
Al día siguiente, McCabe se sorprendió a sí misma retornando al gimnasio. Tomó otra foto. Y otra.
Se convirtió en un hábito diario.
Cuando su espalda le dolía demasiado por la tensión física, nadaba. Siguió haciendo ejercicios. En un mes perdió 30 libras. Entonces decidió que iba a hacer un verdadero esfuerzo para bajar de peso. Comenzó una dieta y convirtió sus entrenamientos en algo más intencional.
Después de seis meses -en lo que habría sido su aniversario de matrimonio- McCabe había perdido 75 libras. Para tratar de evitar un revés emocional, hermanas y amigos la llevaron a Hawaii en julio de 2015.
"Yo estaba haciendo todo lo que podía para superar esa depresión", dijo.
Cuando estaba obesa, McCabe había visitado Hawaii, pero evitó las actividades extenuantes. Después de ver el salto de un adolescente desde un acantilado al agua, decidió vencer su miedo e intentarlo. Cerró los ojos y dio el salto.
"Fue la cosa más liberadora", dijo.
Desde entonces, ha buceado, caminado, montado caballos, escalado un muro, e incluso hizo paracaidismo, actividades que no podía realizar antes de la pérdida de peso.
El otoño pasado, McCabe comenzó çon un entrenador personal y bajar otras 49 libras, mientras reconstruía su musculatura. Ella publica selfies casi todos los días, incluidos mensajes inspiran a sus 61.000 seguidores en Instagram.
"Un pequeño 'secreto', del que me he dado cuenta. NO se trata de perder peso. Se trata de realmente de transformar tu vida. Corre riesgos. Trabaja. Gana amor y respeto para tí mismo para tomar mejores decisiones en la vida. El momento es ahora, mañana nadie puede prometértelo", escribió en una foto anterior a su pérdida de peso.
Aunque es feliz con sus logros, McCabe quiere perder otras 20 libras. Pero su travesía hacia la pérdida de peso es algo más que simplemente llegar a un número en una escala.
"Tengo el poder para controlar mi vida", dijo. "Realmente he curado mi autoestima, mi amor propio. Finalmente aprendí cómo crear felicidad primero dentro de mí misma y no buscarla en una fuente externa".
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