Según un artículo publicado en sitio de noticias bbc.com, en Salinas, una localidad del sureste de República Dominicana, es muy común encontrar una condición genética en la que las niñas se convierten en niños en su pubertad.
En República Dominicana se les conoce como los “güevedoces”, porque los testículos de estas niñas no suelen crecer sino hasta los doce años.
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Este es el caso de Johnny, un joven de 24 años, que nació niña y su nombre era Felicitia, pero con el paso del tiempo su aparato reproductor se transformó para convertirlo en hombre.
“Nunca me gustó vestirme como una niña y cuando me traían juguetes para niñas nunca los utilizaba. Cuando veía un grupo de niños, me paraba para jugar a la pelota con ellos”, dijo Johnny en entrevista a la BBC.
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"Cuando cumplió cinco años, me di cuenta de que siempre que veía a uno de sus amigos niños, quería pelear con ellos. Sus músculos y su pecho empezaron a crecer. Podías ver que iba a ser un niño. Yo quiero que sea niña o niño, me da igual”, dijo la madre de Johnny a la BBC.
Una de las primera personas que estudió el caso de los “güevedoces” en República Dominicana fue Julianne Imperato-McGinley, de la Universidad de Medicina de Cornell en Nueva York.
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En 1970, McGinley llegó a la región atraída por los extraordinarios reportes de las niñas que se convertían en niños. Y después de muchas investigaciones descubrió que la razón por la que los “guevedoces” no tienen testículos al nacer es por la falta de una enzima conocida como 5-alfa reductasa, que normalmente convierte la testosterona en dihydrotestosterona.
Debido a esta carencia, las niñas llegan a la pubertad con testículos sin desarrollar, y con penes tan pequeños que se llegan a confundir con grandes clítoris.
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