Según un artículo publicado en el diario Mirror, Catherine Pipon fue diagnosticada con un bloquo cardíaco y se le tuvo que insertar un marcapasos en 2011; tres años más tarde, su mascota Molly fue diagnosticada con la misma condición.
Catherine gastó aproximadamente 3,500 euros y trasladó a su perro pooch en un avión privado a Londres para que le insertaran un marcapasos.
Los marcapasos son casi idénticos, su dieta alimenticia es similar y hasta sus visitas médicas son compartidas, afirmó la madre de dos hijos. Catherine fue consciente que tenía un problema de salud cuando empezó a desmayarse con frecuencia en lugares públicos.
En 2014 Catherine caminaba con su mascota en la playa y de repente el animal no se podía mantener de pie. De inmediato Molly fue llevada a emergencia y ese mismo día fue diagnosticada con un bloqueo cardíaco, igual al de su dueña.
Para las dos ha sido una dura prueba pero hoy disfrutan de una oportunidad más de vida.
Con esta historia queda claro que definitivamente las mascotas se parecen a los dueños y viceversa. ¿No te parece?