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Una ceremonia inusual desde la Casa Blanca y el perdón a un convicto: los momentos para recordar de la segunda noche de Convención Republicana

El Partido Republicano hizo un intento por mostrar un lado compasivo del presidente este martes, en una jornada llena de elementos que nublaron los límites entre la acción de un Gobierno y la política partidista.
/ Source: Telemundo

La Casa Blanca se convirtió este martes en el set de producción de la Convención Nacional Republicana, dejando en pausa las normas contra el uso de "La Casa del Pueblo" para hacer campañas políticas, respetadas durante décadas.

La familia de Trump fue la protagonista, al igual que miembros de su Gabinete, para alabar el trabajo que ha hecho la Administración para reformar la justicia penal, para combatir la pandemia de coronavirus y para mostrar el lado humano del presidente, buscando ofrecer un contraste a una sombría primera noche de convención.

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1. Pompeo desde Jerusalén 

El secretario de Estado, Mike Pompeo, sorprendió (y alarmó a expertos legales y de ética gubernamental) con su discurso desde Jerusalén, Israel, donde se encontraba en un viaje oficial. 

Esto supone una posible violación de la Ley Hatch, regla que busca evitar que los funcionarios gubernamentales usen su autoridad para influir en las elecciones.

Los funcionarios electos, incluidos el presidente, el vicepresidente y los miembros del Congreso, pueden hacer campaña por otros candidatos. Pero no pueden presionar a otros empleados del gobierno para que traten de moldear el resultado de una elección y su participación en la política está restringida.

La Ley Hatch no es un estatuto penal, por lo que los infractores no son castigados con penas de cárcel. En cambio, pueden ser recomendados para ser disciplinados en base a una revisión que lleve a cabo la Oficina de Asesoría Especial.

Ya Pompeo ha sido recomendado para ser investigado.

No hay registro de un miembro del Gabinete de un presidente que haya hablado en una convención, ni durante un viaje oficial de trabajo en el extranjero.

2. Una ceremonia de naturalización

Una de las dos "sorpresas" que la campaña para la reelección del presidente planeó para la noche era una ceremonia en la que cinco personas recibieron formalmente la ciudadanía estadounidense. 

"Siguieron las reglas y obedecieron la ley", dijo Trump en el video a las personas reunidas, quienes no fueron identificadas.

Mientras tanto, miles más no han podido lograr recibir la ciudadanía pese a estar ya aprobados para la naturalización.

Eso es porque desde que comenzó la pandemia del COVID-19, el servicio de ciudadanía (USCIS, en inglés) suspendió los eventos de naturalización esperados por miles de personas que ya llenaron todo el papeleo y aprobaron el examen de ciudadanía.

Es extremadamente inusual que una ceremonia de este tipo se realice en la Casa Blanca: las leyes del servicio migratorio establecen que deben ser en lugares públicos como salas de tribunales federales o edificios comunitarios para evitar que el evento parezca politizado.

No hay registro tampoco de que se haya hecho una ceremonia de naturalización en una convención en el pasado.

Pero no es la primera vez que el Gobierno de Trump realiza un evento de naturalización en la Casa Blanca; ha habido al menos cuatro en el último año, presididas por Trump o por el vicepresidente, Mike Pence. El expresidente Barack Obama realizó solamente una ceremonia de este tipo en la Casa Blanca, el Día de la Independencia de 2014, específicamente para militares activos.

 3. La familia protagonista

Fueron clave las intervenciones de Melania Trump, la esposa de Trump, y de dos hijos adultos del presidente, Eric y Tiffany Trump.

Eric Trump habló en su discurso del “movimiento” que había empezado su padre que, en línea con la retórica del presidente, ha dado “voz a quienes no la tenían”, a “los ignorados”. 

Contrastó esto con los “políticos de Washington que no logran nada”, como, según él, Joe Biden. Criticó al candidato demócrata con falsedades como que se ha comprometido a retirarle fondos a la policía y eliminar nuestra querida Segunda Enmienda”, lo cual no es cierto, pues Biden ha dado entrevistas y escrito columnas de opinión en las que dice explicitamente que “no creo en quitarle fondos a la policía”. 

Otra de las hijas de Trump, Tiffany (hija de su segundo matrimonio con Marla Maples), al ser la menor (sin contar a Barron Trump, de 14 años), buscó apelar a los más jóvenes y a los estudiantes.

Este grupo suele votar demócrata y este año dicen que prefieren a Biden: 60% de los encuestados latinos dicen preferir al exvicepresidente, mientras que un 19% prefiere a Trump, según un sondeo de Telemundo y BuzzFeed News.

4. El perdón al convicto

La otra “sorpresa de la noche” ocurrió cuando el presidente indultó horas antes de que empezara la convención a Jon Ponder, un criminal convicto luego convertido en defensor de los derechos de los prisioneros. 

[Así contamos la segunda noche de Convención Republicana: el turno de la familia de Trump]

En un video, Trump dijo que la "vida de Ponder es un hermoso testimonio del poder de la redención" y Ponder por su parte elogió la gestión del presidente y agradeció la “segunda oportunidad” que le dio.

Fue un momento casi de programa de telerrealidad: junto a Ponder apareció Rich Beasley, el agente del FBI que lo arrestó. Beasley contó la historia de cómo conectaron después y dijo que Ponder era ahora uno de sus "mejores amigos".

Ponder resaltó que “la gran mayoría de los policías son gente inteligente, que está haciendo su trabajo y lo está haciendo bien”, en el contexto de las protestas nacionales contra la brutalidad policial, sobre todo contra las minorías como los negros y latinos. 

Una vez más, Trump retaba las reglas de no mezclar el puesto del presidente con su campaña para la reelección, al ejercer funciones ejecutivas en un evento claramente político.

5. La primera dama lo humaniza 

En un intento por mostrar el lado compasivo y humano de su esposo, Melania Trump mostró solidaridad con los inmigrantes y con las víctimas del COVID-19 en su discurso. 

"Mi esposo no descansará hasta que haya hecho todo lo posible para cuidar a todos los afectados por esta terrible pandemia", dijo la primera dama desde el Jardín de las Rosas en la Casa Blanca. 

[Melania Trump destaca sus raíces de inmigrante a pesar de las duras políticas migratorias de su esposo]

Pero ni su esposo ni ella hicieron tomaron medidas para darle la impresión al público estadounidense de que el coronavirus era una amenaza real o que ellos mismos se cuidaban (se negaron a usar máscaras por semanas) ni han seguido las reglas de distanciamiento social, por lo que es aparente en sus eventos públicos.

De hecho, la audiencia en el discurso de Melania no llevaba mascarilla ni observaba el distanciamiento social.

Además, la primera dama resaltó su condición de inmigrante "afortunada de vivir en este país", en contraste con las políticas de su esposo, que no favorecen a los inmigrantes como ella. 

De hecho, las políticas del presidente, al igual que sus promesas de campaña, buscan restringir la cantidad de ellos que entran al país, restringir los beneficios que puedan recibir y restringir un posible camino a la ciudadanía para ellos.

Con información de NBC News y PolitiFact