Por Steven Mulroy - The Conversation
Muchos electores que quieren participar por correo en la votación de este 3 de noviembre están preocupados sobre cuándo recibirán su boleta para hacerlo y sobre si podrán regresarla a tiempo para que sea contada.
La pandemia ha despertado mucho interés en la modalidad de votación por correo, que se espera rompa récords en esta elección presidencial.
Al mismo tiempo, los cambios instaurados recientemente en el Servicio Postal han causado graves retrasos en las entregas. El Servicio Postal incluso advirtió que las boletas enviadas muy cerca del 3 de noviembre pudieran no llegar a tiempo, ya sean las enviadas al domicilio de votantes para que las llenen o las que los votantes envían ya llenadas a las autoridades.
En respuesta, una corte federal emitió una orden para que cualquier correo vinculado a la elección sea prioridad del Servicio Postal, y el 19 de octubre la Corte Suprema tomó en cuenta la posibilidad de retrasos al permitir que Pennsylvania siga contando los votos por correo que lleguen hasta el 6 de noviembre, tres días después de la votación.
En 44 estados se pueden rastrear las boletas
La mayoría de los estados y Washington, D.C. permite a los votantes rastrear su boleta (estados en color verde), mientras que en los demás hay sistemas a niveles municipal o del condado para hacerlo.
Solamente en dos estados (en amarillo) se le permite rastrear sus boletas a ciudadanos en el exterior o integrantes de las Fuerzas Armadas que votan desde fuera. En cuatro estados (color rosado) no hay sistema para rastreo general, aunque puede que tengan maneras para que los votantes en el extranjero puedan determinar si se recibieron sus papeletas.
Haga click en su estado para rastrear su boleta:
Los estados tienen diferentes reglas sobre quién puede votar por correo; yo fui parte de una demanda legal apartidista que pedía ampliar el acceso a esta modalidad de voto en Tennessee.
Afortunadamente, casi todos los estadounidenses que tienen permitido votar por correo pueden revisar el estatus de sus boletas. En 44 de los estados y en el Distrito de Columbia hay un sistema único que permite revisar cuándo se recibió la solicitud para tener una papeleta por correo, cuándo se envío esa boleta y cuándo esta fue recibida ya llenada en las oficinas electorales locales.
En otros dos estados hay rastreo en línea para quienes son parte de las Fuerzas Armadas apostados en otro lugar o para ciudadanos que viven en el extranjero, dos grupos que tienen protecciones especiales para su voto y boleta según leyes federales.
En los cuatro estados restantes que no tienen un sistema para rastrear la boleta existen maneras a nivel municipal o de condado para revisar el trayecto de la papeleta, y también es posible contactar a esa oficina por teléfono o en persona para asegurarse de que ya fue recibido su voto.
Los lugares donde se puede votar por correo
En cinco estados toda la votación se hace por correo (verde oscuro).
En 29 otros, además del Distrito de Columbia, cualquier votante puede solicitar una boleta para votar en ausencia (voto en ausencia y por correo son lo mismo), en verde más claro.
Cuatro estados requieren que se presente una excusa específicas para votar en ausencia (color rojo).
En 12 estados había reglas igual de estrictas que fueron temporalmente alivianadas debido a la pandemia (en verde claro los que lo hicieron para el 3 de noviembre y en amarillo los que lo hicieron para las primarias del verano).
Este mapa fue actualizado por última vez el 23 de octubre de 2020.
El Servicio Postal, funcionarios de las elecciones y otros expertos recomiendan que la gente tenga al menos una semana de colchón para asegurarse de que la boleta llegue a las oficinas electorales locales ya que fue llenada, para que sí sea contada.
En algunos lugares, usted puede acelerar ese proceso si deja su papeleta en un buzón especial para boletas electorales.
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En cualquier caso, asegúrese de revisar que la papeleta llegue y de que cumple las regulaciones para ser contada. Y siga las instrucciones, como firmar el sobre con exactamente la misma firma que usó para registros oficiales como su licencia de conducir.
Mulroy es profesor en Derecho Constitucional, exfiscal federal y antes abogado de derechos civiles en el Departamento de Justicia.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el texto original aquí.