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Otro cheque de $1,200 y pagos de $600 semanales por desempleo: así es el nuevo plan de alivio en el Congreso

Los demócratas negocian con la Casa Blanca una nueva propuesta más reducida pero que mantiene el cheque y otras ayudas para familias y empresas.

Los demócratas, que controlan la Cámara de Representantes, han presentado un nuevo plan de estímulo contra la crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus, más reducido que el anterior para desbloquear las negociaciones con la Casa Blanca y el Senado, bajo control republicano.

El proyecto de ley asciende a 2.2 billones de dólares, frente a los 3.4 billones que aprobaron en mayo (y que fue bloqueado luego por el Senado). Entre otras medidas, incluye un segundo cheque de ayuda directa a familias de 1,200 dólares, y subsidios de desempleo de 600 dólares semanales.

El plan, que presentaron legisladores demócratas de la Cámara Baja a últimas horas de este lunes, también reduce la ayuda a los gobiernos estatales y locales a 436,000 millones de dólares; enviaría 225,000 millones de dólares a escuelas y universidades; y entregaría nuevos subsidios a las empresas bajo el Programa de Protección de Pagos.

Pese a haberse reducido de 3.4 billones a 2.2 billones de dólares, el plan sigue estando muy por encima de las cantidades que manejan los republicanos, entre 650,000 millones y 1 billón de dólares.

La nueva propuesta pretende destrabar las negociaciones, cuya última votación en el Senado fracasó a principios de este mes, aunque de momento no parece haber señales de progreso en las reuniones entre la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin.

Al respecto, Pelosi dijo el lunes que permanece en contacto con Mnuchin, con quien negoció varios paquetes de ayuda anteriores. Los dos hablaron brevemente el domingo y el lunes por la noche y tenían previsto mantener una conversación este martes, según el portavoz de Pelosi, Drew Hammill.

"Hemos recortado 1 billón de dólares y ellos necesitan subir porque tenemos que aplastar este virus", dijo Pelosi el lunes, “se necesita dinero para aplastar el virus. Se necesita dinero para hacer que las escuelas sean seguras. Se necesita dinero para poner dinero en los bolsillos de la gente".

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Pelosi está considerando someter la nueva medida a votación si las conversaciones de esta semana resultan infructuosas. En ese caso, el plan sería aprobado por la Cámara de Representantes, pero quedaría de nuevo en manos del Senado. 

El propósito del nuevo proyecto de ley es mostrar buena fe y provocar una nueva ronda de conversaciones fructífera, según los demócratas. Pero también se produce cuando los moderados del partido y los legisladores en los distritos indecisos protestan aduciendo que los líderes demócratas están siendo demasiado inflexibles.

"Los demócratas estamos cumpliendo nuestra promesa de comprometernos con este proyecto de ley actualizado, que es necesario para abordar la crisis económica y de salud inmediata que enfrentan las familias trabajadoras de Estados Unidos en este momento", dijo Pelosi la semana pasada en una carta enviada a sus compañeros de partido, "hemos podido hacer adiciones críticas y reducir el costo de la factura al acortar el tiempo cubierto por ahora".

La mayoría de los legisladores ve poco probable que el Congreso destrabe las negociaciones y logre aprobar una medida antes de noviembre. El objetivo entonces sería retomar el diálogo después de las elecciones, en un abreviado periodo de sesiones antes de fin de año.

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Tras la ruptura de las conversaciones durante el verano, los intentos por negociar durante este mes no progresaron. La última votación, el 10 de septiembre, naufragó en el Senado en medio de continuas riñas partidistas que dificultan un acuerdo antes de las elecciones.

La medida, valorada en 500,000 millones de dólares, fue rechazada en una votación de 52-47. Entre los republicanos, sólo el senador Rand Paul votó en contra, como todos los demócratas.

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Aquella propuesta era el tercer intento de los republicanos en el Senado por aprobar ayudas para combatir la pandemia pero, contrario a su primera medida, ni ésta última ni la anterior contenían ayudas en cheques directos para los estadounidenses.

A raíz de la pandemia, unos 50 millones de estadounidenses han solicitado subsidios de desempleo pero, según un análisis difundido por el Centro para el Progreso Estadounidense.

La crisis de desempleo ha golpeado con especial dureza a los hispanos y demás minorías: un análisis del Instituto de Política Económica indicó que, para junio pasado, la tasa de desempleo entre los latinos fue del 14.5%, en comparación con la del 10.1% entre los blancos.