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Trump dará discurso sobre el 'Estado de la Unión', mientras se negocia su juicio político

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, emitió este viernes una carta con la invitación para que “por respeto a la Constitución” Trump ofrezca un repaso de la situación del país y su visión de futuro el próximo 4 de febrero.

WASHINGTON.— El presidente Donald Trump aceptó este viernes la invitación del Congreso para dar su discurso sobre el 'Estado de la Unión' en febrero próximo, potencialmente en medio del juicio político en su contra en el Senado, que sigue enfrentando a demócratas y republicanos.

La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, emitió este viernes una carta con la invitación para que, “por respeto a la Constitución”, Trump ofrezca un repaso de la situación del país y su visión de futuro, ante una sesión conjunta del Congreso el próximo 4 de febrero.

“En su gran sabiduría, nuestros fundadores elaboraron una Constitución con base a un sistema de separación de poderes: tres ramas equitativas que actúan como contrapeso de cada una”, y el discurso ayudaría a “asegurar ese equilibrio de poderes”, explicó Pelosi en la misiva.

Un portavoz de la Casa Blanca, Hogan Gidley, dijo a la prensa que Trump ha aceptado la invitación de Pelosi.

El segundo artículo de la Constitución requiere que el presidente entregue al Congreso un informe sobre la situación del país, y aunque éste no tiene que ser en persona, así se ha hecho desde 1790, salvo raras excepciones.

En la historia reciente, el entonces presidente demócrata, Jimmy Carter, envió el mensaje del 'Estado de la Unión' por escrito al Congreso en 1981, pocos días antes de concluir su primer y único mandato tras perder la reelección frente al republicano Ronald Reagan, según la oficina del historiador de la Cámara Baja.

La invitación de Pelosi se produjo dos días después de que la Cámara de Representantes aprobase, en votaciones partidistas, dos cargos contra Trump por abuso del poder y obstrucción del Congreso, convirtiéndolo en el tercer presidente en 230 años de historia de Estados Unidos en afrontar un juicio político.

El primer cargo fue votado 230-197, y todos los votos en contra vinieron de los republicanos, a los que se sumaron dos demócratas. El segundo cargo tuvo una votación de 229-198, con todos los votos en contra de parte de los republicanos y tres demócratas. 

La Constitución exige que el Senado se encargue del juicio político para determinar si el presidente será o no destituido del cargo. La destitución necesitaría el “sí” de 67 de los 100 miembros del Senado.

Pelosi anunció esta semana que la Cámara Baja retrasará, quizá hasta comienzos de enero próximo, el envío de los cargos al Senado, lo que daría el pistoletazo al juicio. Su bancada, explicó, quiere garantías de los republicanos de que el proceso se realizará de forma imparcial.  

Por ahora, no está claro cuál será el calendario del juicio, especialmente porque el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, dijo la semana pasada que su bancada se coordinará con los abogados de la Casa Blanca para asegurar que Trump permanezca en el poder.

Ayer, McConnell se burló de los demócratas al asegurar que probablemente ahora estén arrepentidos de realizar la votación "menos justa, menos exhaustiva y más apresurada" para un juicio político contra Trump.

 
Sus declaraciones han servido de abono tanto para los demócratas y grupos afines, como para los comediantes y caricaturistas, que aseguran que, en un juicio, no se puede jugar a ser jurado y defensa.

Para Trump y los republicanos, el retraso demócrata confirma su sospecha de que la votación para el juicio político, conocido en inglés como impeachment,  tuvo motivaciones políticas, y que la oposición carece de fundamentos para la destitución del mandatario.

Trump sigue al ataque

Este mismo viernes el presidente continuó atacando a los demócratas y el proceso del impeachment, y dirigió su ira a la revista evangélica Christianity Today, que respaldó el juicio político y su posterior destitución.

Más adelante, Trump se quejó de que él ha hecho más que ningún otro presidente por los evangélicos, y acusó a la revista de buscar a candidatos presidenciales como Elizabeth Warren, Bernie Sanders, "o aquellos con inclinaciones socialistas/comunistas para resguardar su religión".

En declaraciones a Noticias Telemundo, el pastor evangélico luterano, Carmelo Santos, dijo que a su juicio el ataque de Trump contra la revista es injustificado, como lo han sido también sus ataques contra la comunidad latina.

“Me parece que no ha sido justo al atacar a Christianity Today, y la forma en que lo hizo sólo demuestra su ignorancia sobre la revista y el argumento que ésta hace“, dijo Santos, teólogo en el área de la capital estadounidense de Iglesia Luterana Evangélica en América.

“Creo que construyeron un buen argumento, aplicando el mismo estándar respecto al juicio político que se hizo contra el presidente Bill Clinton”, en 1998, agregó Santos, al señalar que la comunidad latina está unida respecto al daño que las políticas de Trump han hecho a esa minoría.

Dependiendo de las negociaciones en curso, el discurso de Trump en el Congreso coincidiría con el juicio político en el Senado, y sería un día después de las asambleas populares en Iowa, que inician el proceso de primarias demócratas y republicanas en el país.

Lejos de un consenso

Desde que los demócratas iniciaron en octubre pasado una investigación sobre Trump y sus presiones al gobierno de Ucrania para que investigase a sus rivales políticos, las negociaciones en Washington se han empantanado.

Los demócratas insisten en que Trump –buscando favores políticos para facilitar su reelección en 2020– condicionó el desembolso de unos $400 millones en ayuda militar a Ucrania a que su presidente, Volodymyr Zelenskiy, anunciara una investigación contra el exvicepresidente, Joe Biden, y su hijo, Hunter.

Trump y los republicanos replican desde un mismo libreto que la investigación demócrata carece de fundamentos que justifiquen un juicio político para destituirlo del cargo.

Ante las narrativas opuestas de Trump como víctima o villano, los demócratas y republicanos en el Senado aún no logran acuerdo sobre el cronograma ni las reglas sobre el eventual juicio político.

Trump y sus aliados republicanos han acusado a los demócratas de “ser buenos para nada” y de estar obsesionados con un inmerecido juicio político en contra del mandatario.

Pero el líder de la mayoría demócrata en la Cámara Baja, Steny Hoyer, difundió un memorándum que destaca que su bancada ha aprobado más de 400 proyectos de ley desde que recuperaron el control de esa cámara en los comicios de noviembre de 2018.

De esa cifra, “más de 275 iniciativas bipartidistas permanecen estancadas en el escritorio del senador Mitch McConnell, a la espera de una acción en el Senado, que se ha negado a hacer su trabajo”, se quejó Hoyer, quien prometió que en 2020 su bancada "no bajará la marcha".

Así las cosas, la discordia entre demócratas y republicanos, y grupos afines a ambos, marcará el tono de las fiestas decembrinas en Estados Unidos, en unos momentos en que las encuestas tienden a favorecer el juicio político contra Trump.

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