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Nueva medida dificultará que descendientes de cubanos legalicen su estatus migratorio en EEUU

Una nueva medida de la Casa Blanca fija que los hijos de los cubanos nacidos en el exterior deberán presentar una carta de ciudadanía o un pasaporte emitido por Cuba para regularizar su estatus migratorio bajo la Ley de Ajuste Cubano.

Una nueva medida, esta vez contra la comunidad cubana, se suma a la lista de decisiones de la Casa Blanca para restringir la inmigración, acorde con la política restrictiva del gobierno de Donald Trump.

A partir de ahora, los hijos de los cubanos nacidos fuera de Cuba que deseen regularizar su estatus migratorio bajo la Ley de Ajuste Cubano (CAA) estarán obligados a presentar una carta de ciudadanía cubana o un pasaporte emitido por ese gobierno, de acuerdo con un memorándum que esta semana fue hecho público por las autoridades migratorias de EEUU.

Este nuevo requisito afecta sobre todo en aquellas personas que hayan nacido fuera de Cuba, aunque de uno o ambos padres cubanos, es decir, a la primera generación de descendientes de cubanos nacidos en el extranjero.

Hasta esta semana, a estos solo les bastaba con presentar documentos consulares que certificaran su condición de hijos de un cubano para ser considerados por las autoridades migratorias y comenzar su proceso de naturalización.

Pero ahora el memorando del Servicio de Inmigración de Estados Unidos (USCIS) precisa que los hijos de cubanos residentes en el extranjero tendrán que presentar un pasaporte cubano, vigente o caducado, o de lo contrario una carta de ciudadanía, si esperan acogerse a la Ley de Ajuste.

El memorando titulado “Guía actualizada para la adjudicación de los casos a través de la Ley de Ajuste Cubano” aclara que no basta con la presentación de “un certificado de nacimiento emitido por el Registro Civil o un certificado consular cubano que documenta el nacimiento de una persona fuera de Cuba con por lo menos un padre cubano”.

De acuerdo con las palabras del abogado de inmigración Alejandro Vázquez Sánchez para el Nuevo Herald, “básicamente los hijos de cubanos tienen que seguir haciendo los mismos pasos: se inscriben en el consulado, esperan a que se emita un certificado de nacimiento ante el Registro Civil, pero después tienen que hacer un tercer paso que es el registro ante la Dirección de Inmigración y Extranjería [de Cuba] que emite la resolución de ciudadanía cubana, o carta de ciudadanía”.

“Solamente cuando esté completado ese expediente es que pueden pedir la confección de un pasaporte cubano”, concluye el abogado.

En adelante, los descendientes de cubanos que nacieron en el extranjero y que pasan la mayoría de edad solo podrían ser elegibles para la Ley de Ajuste si antes obtienen una Carta de Ciudadanía elaborada y emitida por el Estado cubano.

Para los menores de edad hijos de un padre cubano y nacidos en el exterior sí podrán regularizar su estatus legal en EEUU como parte de un núcleo familiar de al menos un padre nacido en la isla.

Establecida en 1966 en el contexto de la Guerra Fría, luego de su aprobación por el Congreso de Estados Unidos y con la firma del presidente Lyndon B. Johnson, la Ley de Ajuste Cubano (CAA por sus siglas en inglés) permite que cualquier ciudadano cubano que haya llegado al país después del 1 de enero de 1959, que se haya mantenido en territorio estadounidense por al menos doce meses puede convertirse en residente permanente.

La medida de Trump no es la primera para restringir la inmigración cubana.

En enero de 2017, a punto de entregar su cargo, el presidente Barack Obama sorprendió a la opinión pública y provocó la ira de sectores de la comunidad cubana cuando anunció el cese inmediato de la célebre política de “pies secos, pies mojados”. Hasta entonces, tal política permitía el ingreso a Estados Unidos de cualquier inmigrante cubano, llegado por aire, por mar o por tierra, siempre que ya hubiera pisado suelo estadounidense.

La derogación de aquella política que también devolvía a la isla a quienes fueran capturados en medio del mar, provocó consternación de los miles de cubanos que aspiraban a tomar el mismo camino de muchos de sus compatriotas.

Si bien el gobierno de Raúl Castro consideró la medida como “un importante paso en el avance de las relaciones bilaterales”, toda vez que se suponía desestimulaba las salidas ilegales del país, esta tuvo un impacto negativo en buena parte de la población cubana, tanto en la isla caribeña, como en Estados Unidos, al verse frustrados sus sueños de mejora y de reunificación familiar.

La actual medida de la Casa Blanca reduce aún más las esperanzas de los cubanos de emigrar a Estados Unidos y regularizar su estatus.