Dos hombres se pelearon por una plaza de aparcamiento de un centro comercial de Clearwater (Florida). Uno de ellos terminó muerto en el suelo. Pero el sheriff del condado de Pinella, Bob Gualtieri, anunció el viernes que no arrestaría al otro por asesinato: la ley le permitía defenderse aunque fuera a tiros.
La pelea se desencadenó el jueves a mediodía cuando Michael Drejka, de 47 años, reprochó que Britany Jacobs, de 25, hubiera aparcado una plaza para discapacitados. La mujer no estaba entonces en el carro, pero su novio, Markeis McGlockton, de 28, respondió y, tras una discusión a gritos, “le tiró al suelo de un golpazo”, según explicó el sheriff. Segundos después, y desde el suelo, Drejka sacó una pistola y le disparó a McGlockton en el pecho. El hombre murió poco después.
Drejka tiene permiso para poseer el arma y llevarla escondida. Según explicó a las autoridades, disparó porque tenía miedo a que McGlockton le atacara de nuevo.
“No digo que esté de acuerdo, pero soy yo quien debe decidir”, explicó el sheriff el pasado viernes tras anunciar que no actuaría contra Drejka porque la ley de Florida permite defenderse incluso con fuerza letal cuando uno se siente “razonablemente amenazado de muerte”. Según esta norma aprobada en 2005, ni siquiera es necesario retirarse de la pelea antes de acabar con la vida de otra persona.
De acuerdo con el sheriff, en este caso el uso de la fuerza estaba justificada, aunque será la Oficina de Fiscal Estatal quien tenga la última palabra al respecto.
Britany Jacobs, llorando, explicó al diario Tampa Bay: “Fue una muerte ilegal, es un desastre, Markeis es un buen hombre, sólo estaba protegiéndonos, ¿sabes? Duele tanto”.
La mujer estaba con su hijo de cinco años cuando ocurrió el incidente. La pareja estaba junta desde 2009, cuando se conocieron en la escuela. Se detuvieron en el centro comercial para comprar un aperitivo antes de volver a casa del trabajo (ella es enfermera). Según ha explicado, aparcó en la plaza de discapacitados porque sólo iba a ser un minuto y el parqueo estaba muy lleno. Los otros dos hijos de la pareja, de tres años y cuatro meses, estaban dentro del coche con McGlockton. El niño mayor vio como su padre moría. “Él no está bien, sabe que está muerto”, explicó Jacobs.
Drejka no tiene antecedentes penales en Florida, aunque participó en un incidente en el que otro conductor le acusó de sacar un arma tras una pelea de tráfico. McGlockton había sido condenado por un delito de drogas y fue acusado pero no procesado por una agresión grave.
El sheriff tiene dudas, porque Drejka no disparó en el momento exacto de caer al suelo, sino unos segundos después. “Esa pausa me hace pensar”, dijo el oficial, que añadió: “Sólo porque puedes, no significa que debas”.