“No voy a vivir en Los Pinos, ese espacio además tiene malas vibras, ese lugar va a quedar embrujado”, explicó Andrés Manuel López Obrador durante un mitin electoral en diciembre. El ahora presidente electo de México aseguró que seguiría en su casa hasta que su hijo acabará sexto de primaria, y luego rentaría otra vivienda “cerca del Palacio Nacional”.
¿Qué pasaría entonces con la residencia presidencial de Los Pinos? En aquel mitin, López Obrador (conocido popularmente como AMLO) dijo que esas 60 hectáreas se convertirían en un lugar de recreo dentro del bosque de Chapultepec. El pasado mes de abril, reiteró esa promesa en un vídeo electoral:
Los Pinos es la residencia oficial del presidente desde 1935, con Lázaro Cárdenas, que abandonó el Castillo de Chapultepec, hasta entonces residencia presidencial, alegando precisamente que era demasiado lujoso. Aquel edificio se convirtió entonces en museo nacional, según informa eldiario.es. Fue Cárdenas también quien le dio el nombre de Los Pinos, en honor al lugar donde se enamoró de su esposa, dejando atrás la anterior denominación de La Hormiga.
López Obrador ha promovido una iniciativa popular para que sean los ciudadanos quienes elijan el destino de Los Pinos, que podría convertirse en un centro cultural o en un museo.