IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

“Me miró y lloró. Mi hijo no quería hablarme”, la pesadilla de un padre inmigrante separado de su familia

EL padre asegura que ha sido difícil comenzar a ganarse la confianza del menor
Un padre inmigrante y su hijo comparten un momento tras haberse reencontrado.
Un padre inmigrante y su hijo comparten un momento tras haberse reencontrado.AP / AP

Una semana después de que José se reuniera con su hijo de 3 años, el padre hondureño dijo que el menor no era el mismo que antes de que estuvieran separados por casi dos meses.

"Ha sido difícil ganarme su confianza como antes", dijo José, de 27 años, desde la casa de su cuñado en el norte de Virginia, donde permanecen mientras esperan resolver su caso de asilo en Estados Unidos.

"Le gusta jugar. Le gusta hablar", dijo sobre José Jr., mientras que su hijo se sentaba en su regazo, a veces envolviendo sus brazos alrededor del cuello de su padre o jugando con sus manos, relata NBC News.

Pero José, quien pidió que su apellido y la ciudad en la que vive no se utilicen por preocupación por la seguridad de su familia, dijo que cuando alguien, como su cuñado, va a poner a José Jr. en el auto, "él actúa extraño" y no los deja, y eso lo preocupa.

Ambos fueron separados a mediados de mayo tras llegar a la frontera de Estados Unidos después de un viaje agotador a través de América Central y México para solicitar asilo. José había huido de Honduras después de que criminales mataran a miembros de su familia y les advirtieran que él sería el próximo.

La semana pasada, después de ser retenido por el gobierno federal a unas 2.000 millas de distancia de su hijo, José se reunió con José Jr. en la custodia del Servicio de Inmigración y Aduanas en Arizona.

“Fue el día más feliz de mi vida desde que Dios me lo dio. Estaba feliz de tenerlo en mis brazos otra vez, como lo llevé cuando nació", dijo el padre hondureño.

Pero se sorprendió cuando José Jr. no parecía compartir su alegría.

"Simplemente siguió mirándome, llorando. No me hablaba", dijo, y agregó que creía que José Jr. sentía que había sido abandonado.

"Imagino que pensó eso, que lo había abandonado, porque mi hijo me contaba todo antes, y en ese momento solo que me quedó mirando de forma muy seria. Al día siguiente por la tarde comenzó a hablar conmigo, pero no con la felicidad como lo hacía antes", relató.

Pero José Jr. no es el único que ha vivido los traumas de la separación de las familias, su padre pasó los dos meses que estuvieron lejos experimentando desórdenes emocionales.
 

"No comí, no dormí pensando en él ¿Cuándo lo vería? ¿Dónde podría estar?", dijo el padre.

Pedro Isbister, un abogado del proyecto Southeast Immigrant Freedom Initiative, señaló que estaba preocupado por los efectos duraderos que las separaciones tendrían en las familias.

"Las cicatrices emocionales que su hijo e incluso él están exhibiendo son evidentes a simple vista. Estoy bastante triste de ver que nuestro gobierno está perpetrando traumas y causando cicatrices a las familias en nuestro nombre".

José dijo que le contará a su hijo lo que sucedió cuando sea mayor, aunque teme que la separación deje una marca permanente.

"Voy a explicarlo ... para que sepa que no fue mi culpa que estuviera separado, o que lo dejé abandonado. Tengo miedo de que se quede con problemas", dijo preocupado José.