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Trump mocha el derecho de asilo a cientos de miles de inmigrantes

A partir de ahora, serán rechazadas las peticiones basadas en dos motivos muy comunes en México y Centroamérica. Te explicamos a quién afectará y cómo.
Jennifer, una niña guatemalteca de dos años, esperaba asilo en Estados Unidos junto a su madre en un puente fronterizo en junio.
Jennifer, una niña guatemalteca de dos años, esperaba asilo en Estados Unidos junto a su madre en un puente fronterizo en junio.AP / AP

El Gobierno presidido por Donald Trump puso en marcha este miércoles su nueva política de restricción de asilo, que dejara sin esta posibilidad de miles de inmigrantes sin ni siquiera la posibilidad de comparecer ante una corte que examine su caso, según ha informado la cadena CNN.

El pasado 11 de junio, el fiscal general, Jeff Sessions, firmó una nueva directiva: “El mero hecho de que un país tenga problemas para perseguir determinados crímenes, como la violencia doméstica o de grupos pandilleros, o que determinada población sea más a menudo víctima de un crimen, no establece en sí misma una petición de asilo”.

En su opinión, la violencia doméstica es una cuestión “personal”, lo que excluye a partir de ahora la posibilidad de que los jueces de inmigración (que dependen del Departamento de Justicia) lo consideren motivo para conceder asilo, como hacía en ocasiones siguiendo un dictamen de 2014 conocido como A-R-G-G.

Estados Unidos rechazó casi seis de cada 10 peticiones de asilo en 2016, según la Universidad de Syracuse; cuatro años antes, aprobaba casi seis de cada 10. Arrastra además una lista pendiente de 311 000 casos sin resolver.

Las peticiones de el Salvador, Guatemala y Honduras se han disparado desde 2015 por el auge de la violencia pandillera. Sin embargo, son junto a México los que mayor número de peticiones ven rechazadas: casi nueve de cada diez de mexicanos entre 2011 y 2016, y ocho de cada 10 de centroamericanos.

A partir de ahora, todas las peticiones de asilo por violencia doméstica y pandillera serán rechazadas sin ni siquiera dar la oportunidad de comparecer ante un juez, según la nueva directiva.

Además, los agentes que deben juzgar si un caso merece ser llevado ante una corte de inmigración o es directamente desestimado (lo que significa la deportación), deberán tener en cuenta si el solicitante ha entrado ilegalmente al país, según esa nueva directiva. Hasta ahora, eso no debía influir; ahora podrá repercutir negativamente a menos que haya un motivo de peso para ello (por ejemplo, huir de una amenaza inminente).