*El partido que todavía hoy ostenta el poder se ubicó en lo más bajo de los resultados de la pasada elección
*Aparte de la presidencia del país, el PRI perdió gubernaturas, diputaciones, senadurías y municipios emblemáticos
Además del cambio a gran escala que representa Andrés Manuel López Obrador como presidente electo de México, el mapa electoral nacional tuvo una transformación radical durante la pasada jornada electoral del 1 de julio.
Y fue el PRI, actual partido en el poder, a quien más afectó esta transición ya que pasó de tener la Presidencia de la República, 14 gubernaturas y una mayoría en la Cámara de Diputados y Senadores, a quedarse prácticamente sin nada.
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La derrota principal para el PRI fue en la pugna por la silla presidencial, donde su candidato, José Antonio Meade Kuribreña, quedó relegado en el tercer sitio con el 16.28% de los votos, de acuerdo a los resultados del PREP divulgados hasta el momento.
En lo referente a las gubernaturas, el PRI se quedó literalmente con las manos vacías ya que MORENA se alzó con cinco de las nueve administraciones en pugna (Chiapas, Morelos, Tabasco, Veracruz y CDMX), mientras que el PAN se hizo con tres (Guanajuato, Yucatán y Puebla) y Movimiento Ciudadano se quedó con una (Jalisco).
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En el poder legislativo el resultado no fue menos contrastante: en la pasada elección de 2012, el PRI se alzó con la mayoría en ambas cámaras con 204 diputados (de 500) y 48 senadores (de 128); pero ahora, seis años más tarde, el partido apenas obtuvo 67 diputados y 13 senadores.
Por si esto fuera poco, el PRI sufrió un histórico revés más al perder uno de sus bastiones emblemáticos: el municipio mexiquense de Atlacomulco de Fabela, cuna de políticos de primer orden dentro del partido, será ahora gobernado por la coalición “Juntos haremos historia” integrada por MORENA, PT y PES.