MAINZ, Alemania - El presidente Donald Trump criticó a la líder alemana Angela Merkel por los controles fronterizos el lunes al afirmar erróneamente que los delitos estaba aumentando en su país debido a la migración masiva.
"¡No queremos que pase con nosotros lo que está sucediendo con la inmigración en Europa!" escribió en una serie de tweets defendiendo las políticas de la Casa Blanca con respecto a la frontera entre Estados Unidos y México.
Su comentario llega una semana después de que se avivaron las tensiones con otros líderes en la cumbre del G-7, incluida la canciller alemana, quien calificó su comportamiento de "deprimente".
Trump tuiteó: "El pueblo de Alemania se está volviendo en contra de su liderazgo ya que la migración está sacudiendo a la ya tenue coalición de Berlín. Está subiendo la delincuencia en Alemania. ¡Un gran error en toda Europa permitir que millones de personas hayan cambiado su cultura tan violenta y fuertemente!"
Bajo Merkel, Alemania abrió sus fronteras para dar la bienvenida a alrededor de 1 millón de solicitantes de asilo en 2015. En ocasiones llegaban más de 10.000 personas diariamente al país, que tenía una población de alrededor de 81 millones.
Pero según cifras oficiales publicadas el mes pasado, Alemania registró el año pasado su menor número de delitos desde 1992, con cifras que muestran que la tasa de criminalidad disminuye más rápidamente entre los sospechosos no alemanes.
En su sitio web, el diario alemán Bild publicó el titular, "Trump interfiere en la disputa de asilo" y escribió: "Que un presidente de Estados Unidos pese tan enormemente en el debate interno de un aliado occidental es muy inusual".
El comentario de Trump se produjo momentos después de que Merkel eludiera una importante crisis política al obtener más tiempo para resolver una disputa en su coalición por los controles fronterizos.
La canciller dijo que un acuerdo entre su Democracia Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana de Bavaria (CSU) sobre las estrictas normas de inmigración le dio el apoyo que necesitaba para buscar acuerdos bilaterales antes de la cumbre de la Unión Europea el 28 de junio.
Merkel está atrapada en un punto muerto con su propio ministro del Interior, Horst Seehofer, cuya CSU quiere rechazar a los migrantes ya registrados en otros estados europeos.
Ella cree que sería una carga injusta para los países del sur de Europa, incluidos Italia y Grecia.
Merkel, que aún no ha cumplido 100 días de su cuarto mandato, formó una coalición hace tres meses después de que su partido CDU sufriera un revés en las elecciones.
La CSU, que enfrenta elecciones regionales en octubre, teme que su control de Baviera por décadas pueda ser desafiado por el partido antiinmigración Alternativa para Alemania (AfD) si no ajusta la política hacia los inmigrantes.
La política de puertas abiertas de Merkel es ampliamente culpada por el surgimiento de la derecha AfD, ahora el principal partido de la oposición en el Parlamento alemán.
Más de 1.6 millones de migrantes, incluidos muchos que huyen de guerra en el Medio Oriente, han llegado a Alemania desde 2014.