Alrededor de 2.000 niños fueron separados de sus familias en la frontera en un período de seis semanas y durante una ofensiva contra la entrada de indocumentados al país, según cifras del Departamento de Seguridad Nacional de EEUU. Obtenidas por The Associated Press el viernes.
Las cifras muestran que 1.995 menores fueron separados de 1.940 adultos del 19 de abril al 31 de mayo, es decir unos 46 al día. Las separaciones no fueron desglosaron por edad e incluyeron separaciones por entrada ilegal, violaciones a las leyes de inmigración o posible conducta delictiva por parte del adulto.
Bajo una política de "cero tolerancia" anunciada por el Fiscal General Jeff Sessions, los oficiales del Departamento de Seguridad Nacional ahora están refiriendo todos los casos de entrada ilegal para enjuiciamiento criminal. El protocolo de los EEUU Prohíbe detener a los niños con sus padres porque los niños no son acusados de un delito y los padres sí.
La política ha sido ampliamente criticada por grupos religiosos, políticos y defensores de los niños que dicen que es inhumana. Una batalla en el Congreso se está gestando en parte sobre el tema.
El jueves, Sessions citó la Biblia al defender su política, argumentando que las críticas recientes no eran "justas o lógicas y algunas son contrarias a la ley".
"Le citaría al apóstol Pablo y su clara y sabia orden en Romanos 13, para obedecer las leyes del gobierno porque Dios las ha ordenado para el fin del orden", dijo.
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Las nuevas cifras son de personas que intentaron ingresar a EEUU por los cruces fronterizos oficiales. Los solicitantes de asilo que van directamente a los cruces oficiales no son separados de sus familias, excepto en circunstancias específicas, por ejemplo cuando los funcionarios no pueden confirmar la relación entre el menor y los adultos, por la seguridad de los niños o si el adulto está siendo procesado.