Estaba obsesionada con su ex novio, un cantante, y empezó a imaginarse que la niñera estaba teniendo una relación con él. Para hacerla confesar, ella y su pareja la golpearon con un cable eléctrico y la torturaron metiendo su cabeza bajo el agua. Finalmente la mataron en la bañera y quemaron su cuerpo en el jardín. El fuego atrajo a los bomberos. Quisieron hacerles creer que los restos eran de un cordero. Han sido declarados culpables.
Sabrina Kouider, una francesa de 35 años residente de Londres (Inglaterra), vivía obsesionada con el cantante y productor irlandés Mark Walton, quien fuera su pareja por dos años. Tras su separación en 2013 comenzó a acosarlo. Lo denunció 30 veces ante la policía con alegatos como espiarla con un helicóptero, usar magia negra y abusar sexualmente de un gato. Frustrada por no ser tomada en serio por la policía lo acusó en la red social Facebook de ser un pedófilo.
El siguiente paso en su obsesión fue volverla en contra de su niñera francesa Sophie Lionnet, de 21 años de edad. Kouider comenzó a creer que ella tenía un romance con Walton y que juntos tramaban un complot en su contra. Lionnet nunca lo conoció.
Kouider desarrolló una obsesión “enfermiza , miope, sin fundamento y que lo consumió todo” respecto a Walton, a la cual se sumó su nueva pareja, el también francés Ouissem Medouni, de 40 años, según la descripción del fiscal Richard Howell. La víctima de su delirio fue Lionnet. Ahora se han acusado mutuamente de su asesinato.
“Sólo Kouider y Medouni saben exactamente por qué mataron a Sophie pero la fiscalía fue capaz de probar que murió como resultado de un violencia sostenida e intencionada, y no por accidente”, dijo el fiscal Aisling Hosein.
La madre de la víctima, Catherine Devallone, estuvo presente en la corte y llamó “monstruos” a asesinos de su hija, denunciando que la habían “torturado y quebrado” quitándole “su dignidad y finalmente su vida”.
“Ningún dios los perdonará jamás por lo que le hicieron a nuestra hija”.