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A los 104 años, y después de 20 años pensando en suicidarse, cumplió su sueño

Un australiano de 104 años logró su cometido de quitarse la vida el jueves en Suiza, a donde viajó debido a que su país no permite el suicidio asistido

LIESTAL, Suiza.- Un australiano de 104 años logró su cometido de quitarse la vida el jueves en Suiza, a donde viajó debido a que su país no permite el suicidio asistido y al considerar que había perdido toda calidad de vida.

David Goodall, un biólogo nacido en Gran Bretaña, fue declarado muerto a las 12:30 p.m. en Liestal, cerca de Basilea, en Suiza, dijo Philipp Nitschke, director de Exit International, un grupo que aboga por el derecho a morir con dignidad.

Goodall dijo en días recientes que contemplaba la noción del suicidio desde hace unos 20 años, pero sólo comenzó a pensar en hacerlo por su cuenta desde hace un año al considerar que ya no tenía calidad de vida. Citaba como quejas la incapacidad de movimiento, las restricciones médicas y las leyes australianas que le prohibían quitarse la vida, pero no estaba enfermo.

El suicidio asistido es legal en Suiza, pero es visto con desaprobación por la comunidad médica y otros que consideran que debe reservarse para los enfermos terminales. Los partidarios de Goodall abogan por que la práctica sea legalizada y accesible para todos los ancianos que estén en su sano juicio.

Cientos de personas -muchas de ellas en peor estado de salud que Goodall, quien usaba silla de ruedas- viajan a Suiza cada año para quitarse la vida. El grupo más conocido que ayuda en esa práctica en el país alpino es Dignitas, pero está también Life Circle en Basilea, que fue el escogido por Goodall.

Hablando el jueves en la habitación donde luego falleció, Goodall dijo que su “calidad de vida se ha deteriorado bastante en el último año, estoy contento de ponerle fin”.

Goodall se quitó la vida mediante dosis intravenosas de pentobarbital, una sustancia química que se usa como anestésico pero que es letal en cantidades excesivas.

Nitschke dijo que Goodall, antes de iniciar el procedimiento, debía “responder varias preguntas para confirmar que sabía quién era, dónde estaba y lo que estaba por hacer”.

Goodall “respondió todas las preguntas con claridad total”, añadió. El procedimiento se inició con música sondando de fondo, relató.

Las últimas palabras de Goodall, dijo, fueron “esto está tardando mucho”, pero falleció poco después.