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Un viaje de 30 minutos para cruzar la frontera cuesta 5.000 dólares. Pero la muerte acecha

Los inmigrantes pagan 5.000 dólares al coyote, pero muchos no llegan vivos al otro lado de la frontera. Sus cuerpos nunca se encuentran. Su enemigo no es el desierto: es el océano. Te contamos su historia.
Inmigrantes subidos a la valla de la frontera española, en marzo de 2014.
Inmigrantes subidos a la valla de la frontera española, en marzo de 2014.AP / AP

La policía española ha informado del arresto de 19 personas acusadas de introducir a inmigrantes indocumentados en el país usando para ello pequeñas embarcaciones hinchables o motos acuáticas.

A cambio de 4.000 euros (casi 5.000 dólares), los traficantes de personas cruzaban las 10 millas del Estrecho de Gibraltar desde Tánger (Marruecos) hasta la costa española, un trayecto de apenas media hora que en ocasiones resultaba mortal. Si además querían un lugar en el que refugiarse después, se les cobraban 500 euros más (unos 600 dólares).

Los arrestos anunciados este jueves forman parte de una operación contra una red que introducía también droga en Europa. Los inmigrantes eran llevados en embarcaciones recreativas o en motos de agua hasta el límite de las aguas territoriales españolas, y allí se les dejaba a su suerte, indicándoles que siguieran las luces de la costa (habitualmente, lo hacían de noche) para llegar a la playa. Los que lo lograban, debían contactar por teléfono celular con otros traficantes ya en España, que les trasladaban a otros puntos del país o a Francia, Italia etcétera.

Un inmigrante africano perdió la vida en agosto de 2017 cuanto intentaba atravesar la estrecha franja de océano de esta manera, tras ser abandonado en el agua.