Estaba en un viaje guiado a Corea del Norte cuando fue detenido por robarse un cartel. Lo sentenciaron a 15 años de cárcel. Un año y medio después fue repatriado a los Estados Unidos. Estaba irreconocible. No podía ver ni oír. Su cabeza estaba rapada, sus dientes chuecos, tenía una cicatriz en el pie. Temblaba y gritaba. Tenía que ser alimentado con una sonda y sufría daño cerebral extenso. Murió a los pocos días.
Así describe el estado de su hijo, Otto Warmbier, la demanda de muerte por negligencia de sus padres Fred y Cindy Warmbier en contra Corea del Norte, presentada este jueves.
“Otto fue hecho preso, mantenido como prisionera por razones políticas, usado como un peón y tratado de forma excepcionalmente dura y brutal por Kim Jong Un”, dijo Fred Warmbier.
La demanda, sin embargo, tiene pocas probabilidades de recuperar cualquier compensación que la corte ordene. Corea del Norte ha alegado que Warmbier contrajo botulismo, una infección tóxica. Los doctores en los Estados Unidos no encontraron ninguna evidencia de que este fuera el caso, según la demanda.
La acción de los Warmbier surge en un momento delicado de la relación entre Estados Unidos y Corea del Norte. El presidente está planeando una cumbre sin precedentes con su contraparte Kim Jong Un en las próximas semanas para discutir el posible desarme nuclear de Corea del Norte.