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Este pandillero mató a una niña. Será ejecutado en horas. O no: su caso es excepcional

Erick Davila disparó con un rifle de mira laser contra una fiesta de cumpleaños de niños en Texas. Mató a dos personas. Recibió la pena de muerte, pero se puede salvar porque su caso es excepcional. Te explicamos por qué.
Erick Davila, en una foto sin data suministrada por el sistema penitenciario texano.
Erick Davila, en una foto sin data suministrada por el sistema penitenciario texano. AP / AP

Annette Stevenson tenía 48 años cuando, en la noche 6 de abril de 2008, participaba en una fiesta de cumpleaños junto a su nieta, Queshawn Stevenson, de cinco años, y otros 14 niños. Estaban comiendo helado y torta en el porche de una casa en Fort Worth (Texas) cuando un carro negro se detuvo en las proximidades. Dentro iba Erick Davila, que entonces tenía 21 años y ahora tiene 31. De los tres, es el único que siguió cumpliendo años.

Davila era pandillero. Esa noche se convirtió además en asesino, si no lo era ya antes: con un rifle de punto de mira láser, disparó en varias ocasiones contra los asistentes a la fiesta. Mató a Annette y a Queshawn, e hirió a otro adulto y a tres niños, incluida la que celebraba su noveno cumpleaños.

Supuestamente, en la fiesta había un pandillero de un grupo rival, el hijo de Annette, el padre de Queshawn, que le había disparado en 2005. Pese a la mira láser, se equivocó de objetivo, según sus abogados, que pidieron para él una condena por homicidio involuntario.

Sin éxito. En febrero de 2009, Dávila fue sentenciado a la pena de muerte.

Para ello, el jurado debía considerar que Dávila sabía que iba a matar a varias personas y las mató. Y no lo tenía claro, puesto que le preguntó al juez si lo que tenía que decidir era si el acusado había matado a propósito a una persona, o había disparado a propósito con la intención de matar a alguien. El juez consideró que daba lo mismo.

El caso ha llegado ante la Corte Suprema precisamente por este detalle excepcional los abogados de la defensa no lo utilizaron en su primer recurso, y posteriormente eso sirvió para afirmar que Dávila no había recibido una defensa apropiada. El caso puede definir si una condena se puede cancelar no por indefensión durante el juicio sino por indefensión durante un recurso.

Texas le denegó una petición de clemencia de última hora esta semana. Dávila debe recibir la inyección letal en Huntsville este miércoles a las seis de la tarde.

Todo depende ahora de la Corte Suprema.