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Es uno de los trucos de magia más famosos del mundo. Éste es su secreto

El ilusionista David Copperfield hizo desaparecer a 13 personas de un hotel de Las Vegas. Luego aparecieron mágicamente en otro lugar. Pero uno estaba herido. Algo salió mal: y ahora uno de sus trucos más antiguos ha dejado de ser secreto. Te lo revelamos.
David Copperfield, en una imagen de archivo de uno de sus espectáculos.
David Copperfield, en una imagen de archivo de uno de sus espectáculos.ASSOCIATED PRESS / ASSOCIATED PRESS

Un mago debe llevarse sus trucos a la tumba. Pero en esta ocasión fue el truco el que causó heridas a otra persona. Así que su castigo ha sido revelar su secreto… ante un juez.

David Copperfield es, a sus 61 años, probablemente el ilusionista más famoso del mundo. Tiene una fortuna valorada en 61.500 millones de dólares, según la revista Forbes. Ha levitado sobre el Cañón del Colorado, gestiona un enclave de 11 islas paradisiacas en las Bahamas, y posee una colección de 650.000 artefactos vinculados a la magia. Desde hace años actúa en Las Vegas, y fue allí precisamente, el 12 de noviembre de 2013, cuando uno de sus trucos con más solera, conocido como el Afortunados 13, se torció.

El ilusionista elige para llevarlo a cabo a 13 personas del público, al azar, y los lleva al escenario, donde los sienta en un podio cubierto por cortinas por los cuatro costados. Baja las cortinas, las vuelve a subir… y no queda nadie dentro. Cuando el público comienza a aplaudir, Copperfield les interrumpe y pide a todo el mundo que gire su cabeza hacia atrás: allí, a sus espaldas, están los 13 desaparecidos.

Aquel día, uno de esos 13 participantes fue el cocinero británico Gavin Cox, de 58 años, que, según informa el diario The Washington Post, denunció al mago porque, según dijo, resultó herido durante el truco.

Copperfield declaró ante el juez que se trata de una ilusión inofensiva, en la que han participado, a lo largo de los años, 55.000 personas. Pidió además que no se desvelara su secreto, porque eso le dañaría económicamente. Pero el juez consideró que, dado que tantas personas lo conocen ya, no sería un problema que se desvelara al jurado.

Así que Chris Kenner, productor de su espectáculo en Las Vegas, tuvo que explicarlo: una vez que las cortinas se cierran, ocultando a los 13 participantes, se les saca a través de un conducto secreto fuera del edificio y luego se les devuelve al teatro por la parte de atrás. Según Cox, ese pasadizo está lleno de polvo y residuos, y avanza por zonas en construcción. Él se resbaló, se dislocó un hombro y tuvo que ser hospitalizado. Asegura que sus facturas médicas ascendieron a 400.000 dólares.

Los abogados del hotel-casino MGM, donde tiene lugar el espectáculo, aseguran que Cox no se resbaló por la porquería sino que se tropezó: la culpa sería así suya.

La última palabra la tendrá la corte.