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El misterio de los seis pasajeros del Titanic que fueron deportados tras el hundimiento

Un bote salvavidas rescató a un hombre flotando en el agua helada agarrado a una madera. Fue uno de los seis únicos supervivientes envueltos aún en misterio. Sólo se sabe que, tras ser rescatados y llegar a Nueva York, fueron deportados. Ésta es su historia (y tiene un vídeo de película).
El Titanic, durante su viaje inaugural.
El Titanic, durante su viaje inaugural. ASSOCIATED PRESS / ASSOCIATED PRESS

A primera hora del 15 de abril de 1912, un bote salvavidas flotaba en las gélidas aguas del Pacífico Norte. Su tripulación escrutaba la oscuridad en busca de supervivientes entre los restos del trasatlántico más lujoso de su época, un buque que se hundió en su viaje inaugural aunque pareciera imposible que se hundiera. Una leyenda. El Titanic.

A bordo viajaban 2.229 pasajeros y miembros de la tripulación. Sólo sobrevivieron 710. De la veintena de botes salvavidas, únicamente uno de ellos intentó rescatar a las cientos de personas que se hundieron con el buque tras chocar contra un iceberg. En total, fueron rescatadas sólo 13 personas, aunque en los botes había espacio para acomodar a medio millar más, puesto que muchos fueron lanzados al agua semivacíos.

Los ocupantes de aquel bote rastrearon los restos flotando sobre el océano, dejando atrás cadáver tras cadáver hasta encontrar a una persona con vida, un joven chino agarrado a un pedazo de madera. Fue uno de los seis supervivientes chinos del hundimiento del Titanic. Seis personas envueltas aún en un manto de misterio, a las que no se permitió la entrada a Estados Unidos pese a la tragedia, y cuya historia cuenta ahora un documental, Los seis, dirigido por Arthur Jones y Steven Schwankert.

A bordo del buque viajaban en realidad ocho chinos. Sus nombres aparecen en el manifiesto de embarque en Southampton (Inglaterra), como pasajeros de tercera clase con billete sólo de ida: Ah Lam, Fang Lang, Len Lam, Cheong Foo, Chang Chip, Ling Hee, Lee Bing and Lee Ling.

Seis sobrevivieron para luego hundirse en las sombras de la historia, según sus autores. Fueron los únicos de todos ellos a quién nadie reclamó en tierra, por quien nadie preguntó, según ha relatado Jones al diario The Washington Post. En la famosa película Titanic, dirigida por James Cameron, hay una escena (que luego se borró) sobre el rescate de uno de ellos.

Incapaces de encontrar su rastro entre los cientos, si no miles de libros, estudios, investigaciones y relatos sobre el hundimiento, Jones y Schwankert crearon una página de Internet en inglés y chino para pedir pistas que les ayudaran. Tirando del hilo, concluyeron que probablemente los ocho pasajeros chinos se conocían, habían trabajado como marineros antes, y viajaban por motivos laborales: iban a trabajar a Estados Unidos.

Dos murieron. Cinco lograron subir a botes salvavidas. El octavo fue rescatado flotando en el océano agarrado a un pedazo de madera. Llegaron a Nueva York el 18 de abril, pero una ley de 1882 evitó que se les concediera la entrada.

“¿Lo llamamos deportación, o sencillamente estaban de tránsito?”, se pregunta Jones. “Creo que si lo llamamos tránsito, perdemos de vista que no fueron tratados humanitariamente. Habían perdido a amigos cercanos a bordo. Y aún así no se les dio la opción de quedarse. No sólo tenían que marcharse en 24 horas, si no que se les mantuvo bajo custodia”, añade, “estaban detenidos”.

Se les colocó en otro buque, el Anetta, que era el que en un principio tenían que abordar cuando arribara el Titanic a puerto, y partieron hacia el Caribe, donde habrían de trabajar como marineros en barcos que transportaban frutas.

Así desparecieron en las aguas oscuras de la historia. Hasta ahora.