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¿Quién es Miguel Díaz Canel, el nuevo presidente de Cuba?

Es el presidente más joven de Cuba en más de medio siglo y el primero en no pertenecer a la familia Castro. Pero su estilo y estrategias son toda una incógnita.

Por primera vez en seis décadas, el apellido Castro no estará en la presidencia de Cuba. Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, el hombre elegido por la Asamblea Nacional del Poder Popular para sustituir a Raúl Castro, obtuvo con el 99,83% de los votos, o sea, 603 de las 604 boletas emitidas.

Díaz Canel, quien era el primer vicepresidente del país, llegará a la presidencia cubana horas antes de cumplir 58 años, y aunque su ascenso representa un cambio generacional, su estilo de liderazgo, sus ideas y estrategias políticas son una incógnita.

Su presidencia comenzará  en un momento complejo para Cuba por tensiones con Estados Unidos a raíz de un misterioso incidente que enfermó a diplomáticos de Estados Unidos y de tradicional aliado y principal preoveedor del turismo, Canadá, un estancamiento de las inversiones y una producción azucarera de apenas 1.1 millones de toneladas, entre otros problemas.

"Díaz Canel ejercerá una presidencia fundamentalmente enfocada a los problemas sociales de la reforma económica -desigualdad, pobreza, disparidad en el ingreso- y muy acotada o más bien continuista en términos de política económica, pluralismo y relaciones internacionales", pronosticó el historiador y analista cubano Rafael Rojas, residente en México. 

Alto, canoso, corpulento, discreto y con una hábil retórica que no se ha apartado nunca un ápice de la línea de Fidel y Raúl Castro, Díaz Canel se las arregló para sobrevivir a otros políticos jóvenes más conocidos que terminaron defenestrados, como los ex cancilleres Roberto Robaina y Felipe Pérez Roque y el vicepresidente Carlos Lage.

Díaz-Canel al lado del presidente de la Asamblea Naciona, Esteban Lazo, el 18 de abril de 2018/AP

Aunque el establishment cubano ha pregonado que la elección de un sucesor de Raúl Castro representa una continuidad con su línea de gobierno,la elección de Díaz Canel pudiera abrir un camino hacia lo imprevisto, opinó el periodista Carlos Manuel Álvarez, director de la revista online independiente El Estornudo. 

"Espero que las cosas se le vayan de la mano, o que él se le vaya de la mano al poder", comentó a Noticias Telemundo.

El sistema electoral cubano no incluye la votación directa. Una comisión electoral oficialista designa candidatos a nivel de distrito electoral, y estos son elegidos en votaciones regionales. Díaz-Canel logró el 92.85 por ciento de los votos válidos depositados en el distrito tres, según las cifras finales de los comicios publicadas esta semana por el diario oficial Granma.

Un cálculo del diario El Nuevo Herald sitúa en 39,305 los votos recibidos por el actual presidente, apenas el 0.45 por ciento de los 8,639,989 millones de cubanos con derecho al voto.

Según el proceso establecido, luego la Asamblea Nacional elige por votación a los candidatos a los principales puestos del gobierno.

Antes de ser electo presidente por la Asamblea Nacional cubana, era miembro del Buró Político y primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

Díaz-Canel en una reunión con Vladimir Putin en el Kremlin en 2016/AP

Nació en Placetas, en la provincia de Villa Clara, en el centro de la isla, hijo de una maestra y un mecánico. Guillermo Fariñas, uno de los disidentes más prominentes de Cuba, fue su amigo durante sus años preadolescentes en los años setenta. Jugaron al baloncesto y, a pesar de la discriminación racial que existía en ese momento, Fariñas, quien es negro, dijo que Díaz-Canel no mostró ningún prejuicio.

Era "curioso, impulsivo, agresivo, valiente e imprudente, y un" amigo de sus amigos ", dijo Fariñas a NBC News.

Como estudiante de bachillerato y universidad, "Santiago Alpizar, un abogado de Miami lo recuerda en fiestas donde los jóvenes escuchaban música estadounidense, a pesar de que el gobierno no la veía bien en ese momento. Díaz-Canel era "jovial", “amable, alto, con cabello largo y rubio", y evitaba el conflicto o hablar de política, recordó.

Esa presunta apatía por la política habría de dar un giro drástico. En 1982 se graduó de Ingeniero Electrónico en la Universidad de Villa Clara y se enroló en el ejército. En 1987 completó una “misión” como cooperante en Nicaragua -entonces bajo el gobierno sandinista-.

Se convirtió en primer secretario del comité de la Unión de Jóvenes Comunistas en su provincia natal y ascendió en las filas del Partido Comunista hasta llegar a ser primer secretario, el puesto de gobierno más alto a nivel regional. Eso le valió la entrada en el Comité Central del partido a nivel nacional.

Posteriormente fue enviado a la provincia de Holguín, en el este del país, para presidir como primer secretario, y donde es recordado por su política mano dura contra los emergentes pequeños empresarios y comerciantes. En 2012 fue designado ministro de Educación Superior y vicepresidente del Consejo de Ministros.

En 2013 ya era oficialmente el delfín del gobierno, al ser promovido a primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

Mucho menos se conoce de su vida privada, como suele ser con los políticos en Cuba. Tiene dos hijos con su primera esposa, Martha, y actualmente está casado con Lis Cuesta Peraza, una funcionaria de la industria turística que lo ha acompañado en viajes oficiales al extranjero.

En los dos últimos años, videos filtrados desde Cuba muestran reuniones de Díaz-Canel con otros miembros del partido, en los que fustiga con duras palabras a medios de prensa independientes -amenazando incluso con cerrar uno de ellos- y los opositores, conocidos como disidentes.

Al margen de esas apariciones, se desconoce cuál será la estrategia y estilo de gobierno del nuevo líder cubano. Pero un giro en relación con la política de los fundadores de la revolución no está descartado.

"La línea política actual en la isla es el cierre de filas y el gobierno la seguirá lealmente. Si cambia la situación regional y se distiende la relación con EEUU tal vez haya una vuelta a la reforma económica y, menos probablemente, una  ampliación de derechos civiles y políticos", dijo Rojas.