Republicanos y demócratas ha llegado a un acuerdo en el Congreso para aprobar un nuevo presupuesto para el Gobierno federal, y evitar así que deje de funcionar de nuevo cuando se le acabe el dinero el próximo viernes. La iniciativa de ley incluye una victoria parcial para el presidente, Donald Trump: logrará 1.600 millones de dólares para iniciar la construcción del muro fronterizo. ¿Habrá alguna contrapartida para mejorar la vida de los inmigrantes en Estados Unidos? No: la solución para los soñadores, por ejemplo, deberá esperar.
De los 1.600 millones destinados a seguridad fronteriza, sólo 641 millones se destinarán sin embargo a construir nuevos tramos de acuerdo con los prototipos construidos en San Diego y que Trump visitó hace unos días, según fuentes demócratas. Tampoco se incrementará el número de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Fronteras (ICE, en inglés) y de la Patrulla Fronteriza.
El resto de esos 1.600 millones servirá para remozar vallas antiguas. Esta partida es la misma que ya se aprobó hace un año en la Cámara de Representantes pero nunca pasó el filtro del Senado. Prevé levantar 32 millas de muro y otras 28 de valle en el sector del río Grande (Texas), y 14 millas más en el sector de San Diego para sustituir la ahora existente.
La frontera entre México y Estados Unidos se extiende unas 2.000 millas, pero Trump ha reconocido que no es necesario levantar una barrera desde el océano Pacífico hasta el Golfo de México. En parte, porque ya hay 654 millas de muro construidas, las que se suman otras 51 con barreras dobles o triples. Y, en parte, porque “hay un montón de barreras naturales”, según Trump, montañas y “ríos violentos y crueles” que sirven de barrera natural.
Aun así, el presidente aspira a conseguir 25.000 millones de dólares del Congreso para construir el resto del muro durante los próximos 10 años. Intentó que se aprobará dentro de una ambiciosa reforma migratoria que fracasó en el Senado por el desacuerdo entre republicanos y demócratas. Tres iniciativas se votaron y las tres decayeron. Ése fue el último intento legislativo de blindar de la deportación a los soñadores, los jóvenes llegados de niños al país de la mano de sus padres de forma ilegal. Tras el final del programa DACA, por decisión de Trump, sólo un dictamen judicial les separa del abismo.
La iniciativa de ley presupuestaria que se presentará previsiblemente en las próximas horas tampoco les ayudará: republicanos y demócratas han optado por no incluir este asunto en el acuerdo. Trump propuso otorgar a los soñadores dos o tres años de prórroga, reviviendo DACA, a cambio de construir el muro: parece que conseguirá su objetivo sin necesidad de aprobar esa disposición.