Al menos una persona ha resultado herida debido a una explosión en una tienda Goodwill de la ciudad de Austin, hoy alrededor de las 7:30 de la noche. Aunque inicialmente se pensó que podía tratarse de la sexta bomba este mes, la policía de Austin informó que se trataba en realidad de un "dispositivo incendiario."
"No hubo paquete explosivo en la cuadra de la calle Brodie. Lo encontrado ahí no era una bomba, sino un paquete incendiario. De momento no tenemos razones de creer que el incidente tenga relación con los paquetes bomba", dijo un comunicado en la red social Twitter el Departamento de Policía de Austin.
La detonación habría ocurrido cuando un empleado desplazó una caja de donativos, dentro de la cual se encontraba la bolsa con el dispositivo, de acuerdo con Gary Davis, el directo de Goodwill Texas, según reportó la agencia The Associated Press.
"Colocamos todas las donaciones que recibimos en una gran caja de cartón, él saco algo que estaba dentro en una bolsa, y el dispositivo detonó", dijo Davis.
"En esta ciudad, si un dispositivo incendiario detona, todo el mundo entra en pánico y huye. Estamos todos muy nervioso", agregó.
Las autoridades evacuaron una tienda y un centro comercial cercano, pero informaron que todavía se desconoce la identidad o la severidad de la heridas de la persona afectada, un hombre de alrededor de 30 años.
Este nuevo episodio surge en media del temor que se ha esparcido en la ciudad tras una serie de ataques que la policía ha dicho podrían ser la obra de un asesino en serie.
El quinto paquete bomba había explotado poco después de la medianoche del martes en un centro de distribución de la empresa Fedex en la localidad de Schertz (Texas), a 60 millas al suroeste de Austin. Ha estallado cuando viajaba por una cinta automática, causando heridas muy leves a una empleada que se encontraba cerca. El objetivo del ataque, según ha informado la policía, no era la cinta “ni nada en la zona”, sugiriendo así que podría estar dirigido a Austin.
La policía comunicó que había hallado otro paquete sin detonar dentro del centro de Fedex, el cual el FBI confirmó, horas después, contenía un "dispositivo explosivo."
Los dos primeros paquetes bomba fueron abandonados a la puerta de sendas viviendas en Austin. El primero, el 2 de mazo, causó la muerte a un hombre; el segundo, el 12 de marzo, mató a un adolescente e hirió a una mujer. Todas las víctimas eran afroamericanos, lo que llevó a la policía a sugerir que podía tratarse de un crimen racista. Apenas horas después del segundo, estalló el tercer paquete, que causó heridas a una anciana hispana.
El 18 de marzo estalló un cuarto paquete, hiriendo a dos hombres. Fue activado con un método diferente: un cable invisible tendido en la calle y, que al presionarlo por casualidad, provocó la explosión. “Con este cable cambian las cosas”, dijo Christopher Combs, agente especial del FBI al mando en San Antonio, “es más sofisticado, no está dirigido a personas [en concreto].
“Claramente estamos lidiando con un asesino en serie”, dijo el jefe de policía de Austin, Brian Manley. “Tendremos que determinar si vemos una ideología específica detrás de esto”, añadió. Las dos últimas víctimas son blancas.
La tensión generada por estos hechos afectó este fin de semana al festival cultural South by South-West (SXSW), que se celebró en Austin, cuando una amenaza de bomba obligó a cancelar varios eventos la noche del sábado en una de las salas de conciertos de la ciudad. Las autoridades policiales han recomendado a la población que no abran ni manipulen correspondencia que no esperan o de la que desconozcan su remitente.