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La secuestradora del ataúd vuelve a México para rendir cuentas

“Saca el paquete del cajón”, le dijo su marido tras ser detenido. Poco después, era liberada una mujer que pasó semanas en una especie de ataúd. No era la primera víctima. Ahora su presunta secuestradora vuelve a México para rendir cuentas.
Una ciudadana observa una operación militar en México contra el crimen organizado en julio de 2017.
Una ciudadana observa una operación militar en México contra el crimen organizado en julio de 2017.  AP / AP

La justicia española ha aceptado entregar a México a Isabel Mazarro Gómez de Santiago, apodada la secuestradora del ataúd, y que puede ser juzgada en el estado mexicano de Guanajato y castigada con hasta 40 años de prisión, según informa el diario El Español.

Mazarro fue detenida en octubre del año pasado, acusada de participar en el secuestro de una jubilada estadounidense, Nancy Michelle Kendall, en la localidad de San Miguel de Allende (Guanajuato) en marzo de ese año. La mujer fue encerrada en un cajón, similar a un ataúd, mientras se exigían seis millones de dólares a su marido para su liberación.

La policía detuvo al marido de Mazarro, Raúl Julio Escobar Poblete, cuando seguía en furgoneta a un taxista que debía entregar un paquete con un dedo humano dentro para aumentar la presión a la familia. Una vez bajo arresto, Escobar telefoneó a su esposa y le dijo: “Saca el paquete del cajón”. Poco después, la mujer secuestrada fue liberada, y Mazarro cogió un avión y se mudó a España.

Mazarro fue detenida en octubre, después de que un juez mexicano lanzara una orden internacional de arresto. Se había refugiado en una pequeña aldea de apenas 150 habitantes en el norte de España, junto a su hijo, según informa el diario El País.

La justicia mexicana relaciona a Mazarro y Escobar con al menos cinco secuestros en ese país, y otros en Brasil y México. Una de las víctimas, según el citado diario, fue Carlos Araiza Torres, un hostelero al que mantuvieron 10 meses secuestrado, la mayor parte en una caja como un ataúd, poniéndole música a todo volumen para que no pudiera dormir.