“Sé que va a estallar”, avisó al FBI una mujer que conocía a Nikolas Cruz. Tan sólo 40 días después, este adolescente de 19 años entró en un colegio de Parkland (Florida) y tiroteó a 17 profesores y alumnos. Pero aquel no fue el único mensaje de advertencia que las autoridades ignoraron. Incluso el propio asesino llamó para avisar de que algo iba mal en su vida, según informa el diario The New York Times.
El 29 de noviembre, Rocxanne Deschamps, la mujer que se hizo cargo de Cruz tras la muerte de su madre, llamó al teléfono de emergencias 911 asustada porque el adolescente se había peleado con su hijo, Rock, de 22 años, y temía que pudiera usar contra ellos las armas de fuego que poseía. “Se enfadó, entró en la casa y empezó a golpear las puertas y paredes, tirando todo al suelo en la habitación”, le dijo al operador, “y entonces mi hijo entró y le dijo que parara pero ni quiso parar”. La mujer añadió: “No es la primera vez que le pone un arma en la cabeza a alguien”. “Lo único que le importa es su arma”, añadió Deschamps.
Mientras la operadora atendía esta llamada, el propio Cruz llamó al 911, según informa la emisora WPTV. “Me enfadé un poco, y empecé a golpear las paredes y esas cosas, y entonces un chico vino y me tiró al suelo y empezó a atacarme, y me echó de la casa y me dijo que me iba a rajar”, asegura. “Lo que pasa es que perdí a mi madre hace dos días, así que estoy con un montón de cosas en la cabeza ahora mismo”, añadió. Según la cadena, la policía acudió a la vivienda, y Cruz y Rock Deschamps se abrazaron y pidieron que no detuvieran al adolescente.
El 30 de noviembre, un comunicante anónimo llamó a la oficina del sheriff del condado de Broward asegurando que Cruz estaba almacenando armas de fuego y cuchillos y “podía convertirse en tirador de escuela”. Dos oficiales están siendo investigados por haber ignorado esta llamada y otra anterior de 2016.
El 5 de enero, el FBI recibió una llamada de una comunicante cuya identidad no ha sido desvelada pero que mantenía lazos con Cruz, advirtiendo de su “deseo de matar, comportamiento errático, y publicaciones escalofriantes en redes sociales”. Durante 13 minutos, esta persona describió como el adolescente que parecía tener “la capacidad mental de un niño de 12 o 14 años”, había vagado a la deriva tras la muerte de su madre, publicando fotos de armas de fuego y animales descuartizados en sus redes sociales.