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La desaparición de un inmigrante avergüenza a la policía

Bardomiano Pérez desapareció cuando viajaba con dos amigos en una camioneta en Memphis. Su familia lo buscó desesperada durante 49 días. Lo encontró al fin en el sitio más inesperado.
Imagen de archivo de coche de policía y agentes de Memphis en 2012.
Imagen de archivo de coche de policía y agentes de Memphis en 2012.  AP / AP

¿Cómo es posible que el cuerpo sin vida de un inmigrante mexicano baleado durante un robo pase siete semanas sin ser descubierto en un aparcamiento de la policía?

Bardomiano Pérez Hernández, de 33 años, perdió la vida aparentemente en un tiroteo durante un intento de robo el 18 de diciembre en Memphis (Tennessee).

Pérez se encontraba junto a otros dos hombres en el interior de una camioneta aparcada junto a un edificio de apartamentos cuando dos hombres, que ya han sido detenidos, trataron presuntamente de asaltarlos.

Según el testimonio de uno de los arrestados, Mardracus West, de 19 años, le exigió dinero a los ocupantes de la camioneta. Cuando éstos le tiraron latas de cerveza, decidió dispararlos, según informa el diario Commercial Appeal.

El conductor del vehículo, Pablo Castor, de 47 años, recibió tres balazos y fue hospitalizado en estado grave. Otro ocupante resultó ileso, pero Pérez Hernández perdió la vida.

Su cuerpo no fue hallado sin embargo hasta el 5 de febrero, 49 días después del tiroteo, cuando la familia de Castor acudió a recoger la camioneta del aparcamiento policial.

La pareja de Pérez Hernández llevaba días buscándole por todas partes: su teléfono estaba desconectado, en el hospital no estaba ingresado, y tampoco le encontró encarcelado ni en los sitios donde habitualmente buscaba trabajo. Maris Morales, de 25 años, ha señalado al citado diario: “Quiero que la gente sepa que era buena persona. Un buen padre, responsable, nunca hubiera herido a nadie”.

Castor asegura de que informó a la policía de que había tres ocupantes en la furgoneta cuando le interrogaron en el hospital. Se trata de un fallo “inaceptable”, ha asegurado el director de la policía de Memphis, Michael Rallings, al citado diario. Rallings ha prometido llevar a cabo una investigación interna.

Para el activista José Salazar, este incidente demuestra que “obviamente la policía no se preocupa por los latinos”. Una portavoz policial, Karen Rudolph, ha indicado: “No tiene nada que ver con la etnia, raza o estatus económico. Investigamos todos los crímenes por igual. Tenemos muy buena relación con la comunidad hispana”.

La comunidad hispan  supone un 7% de la población de Memphis, con cerca de 46.000 personas, según el censo. Pueden ser objetivo de los atracadores por llevar dinero en efectivo, y tener miedo a reportar los robos por su estatus migratorio o desconocimiento del inglés.