Constantinos Filippidis es un bombero canadiense de 49 años que desapareció el pasado 7 de febrero cuando estaba esquiando en un área montañosa y boscosa de Wilmington (New York). Durante casi una semana, más de un centenar de personas rastrearon esta zona, conocida como Whiteface Mountain. Sin éxito.
El 13 de febrero, Filippidis se puso al fin en contacto con las autoridades. Estaba confundido, iba vestido aún con ropas para esquiar, y parecía incapaz de responder a preguntas sencillas. Pero, lo más importante: estaba en Sacramento (California), es decir, a casi 3.000 millas de distancia. En la otra punta del país.
La policía le encontró en el aeropuerto internacional de Sacramento. Tenía un teléfono iPhone nuevo, se había cortado el pelo, y no recordaba cómo había llegado hasta allí, según informa el diario The Post-Standard.
“Ahora lo que queremos es ayudarle a recuperar los últimos seis días de su vida”, ha dicho John Tibbitts, jefe de la policía estatal de Nueva York.
Filippidis le ha explicado a la policía que cree haber sufrido un golpe en la cabeza, que se montó en un gran camión de forma cilíndrica, y que durmió mucho, según el sargento Shaun Hampton, de la policía del condado de Sacramento. Compró el teléfono para llamar a su esposa, según relató. Ella le conminó a llamar al 911.
“Parece que ha perdido una parte significativa de su memoria”, ha dicho Hampton.