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Padres acusados de torturar a sus hijos los llevaban a Disneyland y Las Vegas

Algunas fotos y videos de la vida de la familia Turpin contrastan con el terrible panorama que vio la policía al llegar a su casa.

Un imitador de Elvis estuvo presente las tres veces que una pareja de California acusada torturar y dejar de alimentar a a sus 13 hijos renovaron sus votos en una capilla de Las Vegas.

Los "niños" que las autoridades dicen que fueron hallados con grilletes y sucios en la casa suburbana de David Allen Turpin y Louise Ann Turpin no aparecen en el primer video que la pareja grabó el 29 de octubre de 2011, en la Capilla de Elvis, donde la pareja celebró su 26 aniversario prometiendo "amarte tiernamente" y bailando lentamente mientras Kent Ripley cantaba "Cannot Help Falling in Love" (“No puedo evitar enamorarme”) con una chaqueta dorada al estilo Elvis.

Pero los Turpins llevaron sus hijos cuando tuvieron la misma ceremonia en la capilla el 2 de septiembre de 2013, para su 28º aniversario de bodas, y nuevamente el 31 de octubre de 2015, para su 30º aniversario, según muestran videos obtenidos y confirmados como auténticos por NBC News.

Cada vez las muchachas usaron vestidos de tartán rosa y medias blancas y los niños trajes oscuros con camisas blancas y corbatas rojas. En cada ocasión la novia llevaba un vestido blanco y el novio un esmoquin negro.

Y en cada ocasión, todo el mundo lucía radiante mientras la familia Turpin se paraba en un escenario adornado con falsas columnas griegas.

"Nunca parecieron ser otra cosa que una gran familia que permaneció unida, viajó junta e hicieron todo juntos", dijo Ripley.

"Estaban callados, pero eran amables y bien educados", comentó sobre los niños. "No les estaban dando órdenes. No les gritaban. Ellos sonrieron mucho".

Esas imágenes de una familia aparentemente feliz celebrando el amor de sus padres -los niños incómodos con cortes de cabello como su papá, las niñas sonriendo tímidamente y claramente no acostumbradas a caminar en tacones- tenían un marcado contraste el martes con el espectáculo de terror que emergió de la casa en Muir Woods Road de Los Ángeles.

Turpin, de 57 años, y su esposa, Louise, de 49, están acusados ​​de torturar y de poner en peligro a los niños y cada uno de ellos está bajo fianza de 9 millones de dólares.

Los hermanos de Louise Turpin le dijeron a NBC News que no la habían visto en casi dos décadas y que el poco contacto que tenían con ella era por teléfono. Dijeron que creían que David Turpin la estaba "tratando como a una reina" y se preguntaban por qué nunca les dejaba hablar con los niños.

"Siempre pensamos que estaba viviendo la vida perfecta", dijo su hermana, Teresa Robinette, en una entrevista realizada en Knoxville, Tennessee. "Ella nos decía que iban a Disneyland todo el tiempo, que irían a Las Vegas".

Su hermano, Billy Lambert, dijo que ni siquiera había nacido cuando Louise y David se fugaron juntos y que apenas conoce a sus hijos y no tenía idea de que algo estaba pasando.

“Si lo supiéramos, habríamos arreglado la situación", dijo Lambert. "La gente está asumiendo que lo sabíamos. No teníamos idea".

Pocos sabían lo que estaba pasando hasta que una hija de 17 años, se liberó y usó un teléfono celular que encontró en la casa para llamar al 911 la madrugada del domingo, según un comunicado del Departamento del Sheriff del condado de Riverside.

"Investigaciones posteriores revelaron a varios niños encadenados a sus camas con cadenas y candados en un entorno oscuro y maloliente, pero los padres no pudieron proporcionar de inmediato una razón lógica por la que sus hijos hubieran sido restringidos de esa manera", decía la declaración.

Fue solo después de liberarlos que los agentes descubrieron que siete de los niños que pensaban que estaban extremadamente demacrados eran en realidad adultos "con edades comprendidas entre los 18 y los 29 años".

El extraño caso atrajo la atención mundial hacia Perris, California, pero el Capitán Greg Fellows de la Oficina del Sheriff del Condado de Riverside dijo que no tenían idea de que algo estaba sucediendo en la casa hasta que la joven escapó por una ventana y mostró fotos incriminatorias a la policía.

"No teníamos historial de llamadas en esta dirección", dijo Fellows. "Aprecio el coraje que tuvo esa joven para escapar de esa casa".

Fellows dijo que no sabe qué la impulsó a huir, pero que su madre "estaba perpleja" cuando los agentes llegaron a su puerta. Dijo que las víctimas, tan jóvenes como de 2 años, parecían haber sido víctimas de inanición "prolongada". No quiso comentar sobre informes de que se habían visto obligados a memorizar largos pasajes bíblicos.

"No hay indicios de enfermedad mental en este momento", dijo, y agregó que tampoco hay señales de que alguno de los niños haya sido abusado sexualmente.

David Turpin había obtenido la aprobación del estado para dirigir una escuela privada, la Sandcastle Day School, desde su casa de estuco marrón de una planta, revelaron los registros de California, donde aparece como el director.

"Fueron educados en el hogar", dijo Fellows sobre las víctimas, agregando que no sabía cuánto tiempo había estado la familia en Perris. Anteriormente vivían en Texas.

Ninguno de los Turpin parece tener antecedentes penales. The New York Times informó que la pareja se declaró en bancarrota en 2011 y declaró que tenía una deuda de entre $ 100,000 y $ 500,000.

David Turpin trabajaba, en ese momento, como ingeniero para el contratista de defensa Northrop Grumman y recibía un salario anual de $ 140,000, informó el Times. Su esposa aparecía como ama de casa.

Los vecinos le dijeron a NBC Los Angeles que sabían que la familia tenía muchos hijos pero que no estaban seguros de cuántos porque "los niños no salían muy a menudo".

Los 13 hijos de los Turpin han sido admitidos en hospitales cercanos para recibir tratamiento. El CEO de Corona Regional Medical Center Mark Uffer dijo que eran "muy amigables" y "muy cooperativos".

"Es difícil pensar en ellos como adultos porque son muy pequeños", señaló Uffer.

Sophia Grant, directora médica de la unidad de abuso infantil de Riverside Medical, dijo que los están monitoreando de cerca. "Puede haber complicaciones si tratas de alimentarlos demasiado rápido", advirtió.