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Cómo sobrevivir a un rayo, un tornado, y dos inundaciones

Zach Rotzal tiene sólo 17 años pero ya ha logrado 139 medallas de honor... y ha conseguido salir vivo de varias catástrofes naturales
Emblema de Eagle scout, en una imagen de archivo.
Emblema de Eagle scout, en una imagen de archivo.AP / AP

Zach Rotzal tiene sólo 17 años pero ya ha logrado más que muchos en toda su vida: ha aprendido a pescar y bucear, ha recorrido miles de millas en bicicleta, ha trepado la cima del parque natural de Yosemite, ha sobrevivido a un rayo, un tornado y dos inundaciones, ha esquiado por las pistas más difíciles, sabe de minas y de caballos, de cine de animación de arquitectura… y eso sólo para empezar.

Zach Rotzal es un Eagle Scout, el rango más alto de los Boy Scouts, un honor alcanzado por más de 2,4 millones de chicos desde su creación en 1912. Pero Rotzal, en su último curso de escuela en Glenside (Pennsylvania), es también uno de los pocos (360, en concreto) que ha logrado reunir todos los emblemas scout.

Hablar en público, medio ambiente, diseño de juegos, deportes acuáticos, sellos, química, teatro, periodismo, cine, alfarería… Su padre, Peter, estima que el joven ha empleado 5.000 horas a lo largo de siete años para abarcar un conocimiento en áreas tan distintas que le permitiera conseguir los emblemas, trabajando en ello hasta 20 horas a la semana, sacrificando sus fines de semana y yéndose a dormir tarde por las noches.

“Recapitulando, estoy asombrado de todo lo que he aprendido”, asegura Rotzal.

Comenzó este viaje cuando estaba en quinto grado, con el emblema de primeros auxilios. Cada verano, en el campamento, lograba alguno más, hasta que agotó todos los disponibles. Con 14 años y 70 reconocimientos, ya era Eagle Scout (en realidad, sólo hacen falta 21 para lograrlo). Fue entonces cuando decidió ir a por los 139 que existen.

Para conseguir algunos les bastó con acudir a conferencias en las que podría lograr hasta cuatro en un día. Otros, como buceo, fueron mucho más complicados. “Era algo que no había soñado con poder hacer hace cuatro años”, explica, “era aterrador, tenía que superarlo”.

Pero probablemente no fue el más peligroso: mientras lograba su emblema de electricidad, puso el pie en una pieza de metal que resultó alcanzada por un rayo. La corriente le atravesó una pierna y bajó por la otra, quemándole los pies.

En Nebraska, mientras intentaba conseguir sus emblemas de arquitectura, programación, jardinería, ciencias animales y trabajo americano, un tornado atravesó el campamento. Las tiendas quedaron destruidas y tuvieron que dormir en los coches, con mantas de la Cruz Roja. “Algunas de las historias más interesantes implica pasar por experiencias climáticas traumáticas”, explica, “supongo que es simplemente lo que los scouts hacen”.

Rotzal está centrado ahora en entrar en la universidad de Notre Dame para estudiar ingeniería eléctrica. Su segunda opción es la Fuerza Aérea.